Contra todo pronóstico, averiguamos que hay ocasiones en las que las segundas partes sí fueron buenas. La idealización de una jubilación no es más que una utopía; esta etapa, de inevitables y profundos cambios, ahonda en una vorágine de sentimientos que no siempre traen consigo paz y felicidad. Sin embargo, menos mal que hay quien ha sabido apreciar una nueva oportunidad dentro de esta fase, no solo para el mayor, sino para las generaciones más jóvenes. Así, el presidente de la Asociación Cultural de Mayores de Fuenlabrada, Marceló Cornellá, se ha trasladado hasta los estudios de Soyde. con el fin de desgranarnos el proyecto que ha hecho felices a un total de 67 jubilados.
Bajo el título ‘Compartimos lo que sabemos’, los mayores voluntarios ceden su experiencia y espíritu emprendedor a empresas amigas dentro del municipio. Cuanto menos descubrimos una relación simbiótica capaz de fomentar el envejecimiento activo: “el proyecto nace en el Laboratorio de Iniciativas para el Mayor donde surge la necesidad de darle una utilidad a la experiencia de los mayores que, tras la jubilación, podría perderse al no ejercitarse”. Según comentaba Cornellá, los cimientos se basaban en “iniciar una campaña en la que cualquier persona o empresa que necesitara de ayuda o asesoramiento de personas jubiladas con una dilatada experiencia pudiera acudir a nosotros”. Ahora, tras un éxito abrumador, esto está más que conseguido.
Beneficios naturales
Mecánicos, abogados, fontaneros, músicos… Todos ellos, aseguraba el presidente, han acogido la iniciativa “muy contentos”. “Cuando uno se jubila aprende a no ser un estorbo”, explicaba con una dureza pasmosa; no obstante, incidía, iniciativas que aboguen por el envejecimiento saludable también salvan de enfermedades al margen de los fármacos. El constatar que aún “son útiles”, siempre teniendo en cuenta que “los mayores cuando van a una empresa no van a trabajar, sino a asesorar, a indicarles con el dedo cómo deben resolver un problema”, es “muy satisfactorio”.
El proyecto, descrito como “la gratificación y el reconocimiento final de toda una vida laboral”, pretende situar a los mayores entre “los grandes beneficiados de la sociedad”. Sin lugar a dudas, “la historia de Fuenlabrada también se escribe con nuestros jubilados”, su experiencia y calidad humana guían el camino de quienes les pisan los talones.