Cuando el río suena, agua lleva. El refranero español siempre tan acertado. Hacía meses que la fractura interna que vivía el partido socialista era un secreto a voces. Esas voces comenzaron a alzarse esta misma semana y a dejar patente el descontento y desconfianza hacia el que hasta hace una hora ostentaba la Secretaría General del PSOE, Pedro Sánchez.
Una votación reñida
A última hora de la tarde conocíamos la dimisión del líder de los socialistas tras la celebración del Comité Federal. El encuentro pretendía dilucidar si se celebraba un congreso extraordinario y la celebración de primarias en octubre, tal y como quería el sector “sanchista”. La ejecutiva federal ha tumbado con 133 votos la propuesta de Sánchez frente a los 109 votos favorables a la iniciativa. Tras conocerse el resultado, Pedro Sánchez ha tomado la palabra para anunciar su dimisión y apelar a la unidad. "Siempre he creído que el PSOE tenía que dar una alternativa, desgraciadamente en la pasada legislatura no fue posible. El congreso era para dirimir esas dos cuestiones. Y sigo creyendo que debe ser la militancia quien decida esas cuestiones, tiempo hay”. Con estas palabras se ha despedido el Secretario General mientras, en las inmediaciones de la sede de Ferraz, cientos de simpatizantes afines a Sánchez jaleaban “manos arriba, esto es un atraco”.
Crédito Editorial: StockPhotoAstur / Shutterstock.com
StockPhotoAstur / Shutterstock.com
Y, ¿ahora qué?
Continúa reunida lo que queda de la Ejecutiva Federal en la calle Ferraz, epicentro de la guerra abierta entre los socialistas. Tras la renuncia de Sánchez, ahora será el comité de garantías quien nombre a una gestora que se hará cargo del partido hasta la celebración de un congreso extraordinario. Este era precisamente el desenlace que quería el sector crítico, liderado por los socialistas andaluces. Sobre quien puede coger el timón del PSOE, la opinión pública ya ha empezado a hacer su cábalas y, aunque aún se desconoce la fecha de las primarias, el nombre que suena con más fuerza es el de Susana Díaz.
Distanciándonos por unos momentos del culebrón del PSOE, lo cierto es que la ficha que representaba Pedro Sánchez puede hacer caer otras muchas, ya que no se descarta que el sector crítico, claro vencedor del conflicto, se abstenga para que gobierne el Partido Popular. Pero eso, aún está por ver.
Fieles a Sánchez
Los malos resultados electorales y la irrupción de Podemos, habrían sido los motivos por los que Pedro Sánchez no contaba con el apoyo de algunos de los pesos pesados del partido como el Presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara o el valenciano Ximo Puig. Pero a favor del ya ex Secretario General, contaba con un grupo de adeptos a nivel nacional como Meritxell Batet o Patxi López. En bloque le han defendido ejecutiva madrileña encabezada por Sara Hernández y alcaldes de ciudades de referencia como Manuel Robles (Fuenlabrada), David Lucas (Móstoles) y Javier Rodríguez Palacios (Alcalá de Henares).
Son muchas más las incógnitas que las certezas a estas horas pero lo cierto es que el PSOE debe “coserse” si quiere volver a ser el partido de referencia de la izquierda. ¿Quién será el encargado de coserlo?