El todo vale con tal de mantenerse en el poder y aprobar unos Presupuestos Generales es algo que estamos viviendo lamentablemente desde que Sánchez pactó con cualquiera y a cualquier precio para encaramarse a la Presidencia. La última ocurrencia es poner en entredicho la solidaridad de los madrileños con respecto al resto de españoles.
Conviene aclarar nuestra gigantesca contribución al Fondo de solidaridad: uno de cada cinco euros que se pagan en la Comunidad de Madrid vía impuestos son aportados al Fondo de Garantía, al que aporta casi el 70% de la dotación del fondo, lo que supone unos 4.000 millones de euros cada año.
Según ERC y sus acólitos hace falta una “armonización fiscal” entre comunidades autónomas para que supuestamente Madrid deje de aprovecharse de una “competencia desleal” que no existe. Esta medida tiene una relación directa con el Impuesto de Patrimonio, sobre el que los independentistas reclaman al Ejecutivo de Sánchez crear una cuota estatal que sirva de mínimo de recaudación y sobre el que las comunidades autónomas no puedan decidir.
Además, pretenden hacer extensivo este nuevo plan recaudador a los Impuestos de Sucesiones y Donaciones e, incluso, a la eliminación de las deducciones autonómicas en el Impuesto de la Renta.
De imponerse este castigo fiscal no sólo sería una injusticia, sino que además supondría un esfuerzo adicional de más de 2.000 euros anuales de media para las familias madrileñas.