Por fin han llegado. Ya están aquí nuestras fiestas, las fiestas en honor al Santísimo Cristo de la Misericordia de Fuenlabrada. Las fiestas de la normalidad, del reencuentro, de volver a llenar de alegría nuestras calles.
Vuelven las peñas a inundar de color las calles durante el desfile, los huevos después de los encierros, volvemos a juntarnos sin miedo ni restricciones, volvemos a bailar hasta altas horas de la madrugada.
Y, por supuesto, un año más acompañaremos al Cristo por las calles de Fuenlabrada, manteniendo vivas las tradiciones de nuestra ciudad, de generaciones y generaciones de fuenlabreños.
Volvemos con responsabilidad pero con todas las ganas del mundo, con ilusión y con la euforia acumulada de dos años sin haberlas disfrutado. Siempre con responsabilidad y con seguridad, como acostumbramos a hacer la gente de Fuenlabrada.
¡viva el Santísimo Cristo de la Misericordia! ¡Viva Fuenlabrada!
Han sido dos años duros y muy complicados, dos años de lucha y de despedir a mucha gente. En estas Fiestas nos faltarán amigos, vecinos y peñistas y a los que recordaremos todos y cada uno de los días.
Por todos ellos y por lo que significan para Fuenlabrada estos días: ¡viva el Santísimo Cristo de la Misericordia! ¡Viva Fuenlabrada!
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