La compañía norteamericana Three Square Market, dedicada a desarrollar softwares para máquinas expendedoras, se ha convertido en una de las primeras empresas en implantar microchips a sus trabajadores. La finalidad de esta novedosa medida no es otra que la de monitorizar las actividades de los empleados y ayudarles en sus tareas laborales como abrir puertas, hacer fotocopias o compartir información.
Todo ello será posible gracias a que estos chips funcionan mediante tecnologías de identificación por radiofrecuencia.
Una tecnología que tiene un tamaño similar al de un grano de arroz y que es colocada entre el dedo pulgar e índice de cada trabajador. Hasta el momento, la empresa ha podido probar la idea con 50 voluntarios que ya están utilizando estos chips valorados en unos 300 dólares.
La implantación de estos diminutos dispositivos ha abierto un debate en Estados Unidos sobre la privacidad de los trabajadores, ya que algunas voces aseguran que esta iniciativa podría afectar seriamente a la intimidad de las personas que se presten a llevar estos chips, pues su funcionamiento se asemeja al que llevan las mascotas. Ante estas críticas, Three Square Market asegura que la privacidad de sus trabajadores nunca se verá afectada, pues los datos almacenados en los chips siempre estarán encriptados, por lo que es imposible identificar la ubicación mediante GPS.