La Policía Local de Fuenlabrada alerta en sus Redes sociales de la presencia en nuestra ciudad de la oruga procesionaria. Este pequeño lepidóptero se caracteriza por caminar formando una hilera entre sus miembros y se encuentra, principalmente, en zonas donde hay coníferas, como concentraciones de pinos.
Su peligro, los miles de pelitos que cubren su cuerpo, ya que estos producen graves irritaciones y fuertes reacciones alérgicas. Hay que extremar las precauciones tanto en niños como en mascotas, siendo estas las más vulnerables a sus efectos al interactúan en el entorno con el hocico, poniendo, incluso, su vida en riesgo.
Precauciones con niños y perros ante las plagas de orugas
- Enseñar a los niños cómo son los insectos y avisarles de los problemas que pueden producirles, ¡las procesionarias no se tocan!
- En caso de que la urticaria se acentúe en niños y adultos, acudir al centro médico más cercano.
- Vigilar los espacios con coníferas y en las peores épocas evitarlas. En el caso de las mascotas, tendremos que actuar con urgencia cuando nuestro animal chupe, muerda o se coma la oruga (entre perros son los casos más comunes). Tendremos que acudir lo más pronto posible a nuestro veterinario para que le apliquen corticoides.
Los primeros auxilios que debemos aplicar son:
- Sacar al perro de la zona, lavarle la zona con agua templada evitando que trague el agua, nunca frotar la zona, y comprobar la lengua y mucosas orales por si existiera hinchazón.
- Si habitamos una zona muy propensa a tener procesionarias, consultad con vuestro veterinario sobre la posibilidad de tener una dosis del medicamento por si fuera necesario.
- Las consecuencias en perros pueden ser fatales, un contacto directo de la boca del perro con la oruga puede necrosar parte de la lengua, y si el veneno llega a la laringe, pueden incluso morir por asfixia.