Cuando la Base Aérea se estableció en Getafe, la ciudad apenas contaba con una población superior a 5.000 habitantes, un siglo después, se ha convertido en uno de los motores económicos de la Comunidad de Madrid gracias en parte por el desarrollo de la industria aeronáutica, y se acerca a la cifra de 200.000 vecinos y vecinas.
Por su papel protagonista y decisivo en la historia de Getafe, por su participación en la seguridad nacional, el impulso que ha significado para la ciudad y para España, por su trabajo en misiones internacionales y por las toneladas de material sanitario que ha movilizado durante la pandemia, entre otras actividades, el Pleno del Ayuntamiento aprobó el pasado año la concesión de la Medalla de Oro de la Ciudad a la Base Aérea, pero el acto no se ha podido celebrar hasta ahora debido a la COVID-19.
La alcaldesa de Getafe, Sara Hernández, ha hecho entrega de la Medalla de Oro de la Ciudad de Getafe a la Base Aérea, con motivo de su centenario, en un emotivo acto celebrado este miércoles, en la Base Aérea.
Al acto, han asistido las autoridades civiles, militares y cuerpos de seguridad de la ciudad, donde han formado y desfilado los soldados, pasado revista por parte de la alcaldesa y el general jefe del mando aéreo general, homenajeado a los caídos por España, e impuesto la medalla al estandarte por parte de la alcaldesa.
La alcaldesa, Sara Hernández, ha expresado que “es un orgullo inmenso poder hacer el reconocimiento de toda la ciudad a la Base Aérea de Getafe, porque nuestra ciudad no puede entenderse sin la influencia de la Base”.
Asimismo, Hernández, también ha recordado que este año, con motivo de la pandemia por la COVID-19 que “Getafe no ha sido ajena al sufrimiento, pero tampoco ha sido ajena a la respuesta coordinada contra el virus, porque la Base Aérea siempre ha estado ahí durante estos meses a disposición de las decisiones que determinaba el Gobierno de España o la ayuda que como ciudad hemos podido solicitar".
La alcaldesa ha señalado que a Getafe, "desde esta misma instalación, llegaron y salieron para todo el país toneladas de material sanitario que tan útiles fueron en esos primeros momentos de la pandemia, así como las primeras vacunas para otras zonas del país”.
Por su parte, el coronel Jefe de la Base Aérea de Getafe y del ALA 35, Santiago Alfonso Ibarreta, ha agradecido “el compromiso y cariño del Ayuntamiento y la ciudad con la Base, así como la elección de este lugar para celebrar el acto, este reconocimiento supone ánimo y esperanza en el futuro, a pesar del dolor por las pérdidas por la COVID.
Recibimos la medalla con humildad y orgullo, para continuar la labor de nuestros precursores de la aviación
"Recibimos la medalla con humildad y orgullo, para continuar la labor de nuestros precursores de la aviación, renovar el compromiso de la Base con Getafe y su ciudadanía, y seguir favoreciendo la industria aeronáutica en la ciudad”, ha declarado Ibarreta.
En la Base Aérea de Getafe, Juan de la Cierva consiguió volar por primera vez el autogiro, el precursor de lo que más tarde se convertiría en el helicóptero y que unió el nombre de la ciudad para siempre en la historia de la aviación.
La ciudad cuenta con hitos como el de Juan de la Cierva que permanece dando nombre al barrio más grande de la ciudad. Pero Getafe también es hoy puntal de la industria aeronáutica, con AIRBUS y todas las empresas que en torno a la factoría se han instalado en la ciudad.
De hecho, en el mes de abril, se inauguraba el nuevo Campus Futura, con la presencia de la alcaldesa junto al jefe del estado y el presidente del Gobierno, una instalación que viene a sumar 10.000 empleos más a Getafe y que convierte a nuestro municipio en el tercer mayor centro aeroespacial de Europa, a la altura de Francia y Alemania.
El futuro prometedor de la industria aeronáutica en Getafe está ligado a la Base Aérea. En el acto, se ha hecho un especial reconocimiento al valor del Ala 35, unidad creada en el año 1955 en Getafe para el transporte aéreo.
La unidad, no solo ha participado en la seguridad nacional, sino que siempre ha tenido un marcado carácter expedicionario en el extranjero, en países como Guinea Ecuatorial, Namibia, Afganistán, Chad, Gabón, Senegal, República Centroafricana o Mali.
El Ala 35 fue la primera unidad de las Fuerzas Armadas Españolas que participó en misiones internacionales bajo el mandato de las Naciones Unidas.