El pasado sábado 8 de octubre estaba marcado en rojo en el calendario de los socialistas de Getafe y, sobre todo, de su alcaldesa Sara Hernández. Era el día señalado para que “el jefe”, el presidente del Gobierno, el secretario general del PSOE, visitara la ciudad y había que prepararlo todo para que se llevara la mejor de las impresiones.
Todo estaba programado y pensado al milímetro. Así, a primera hora, se llevaron a Pedro Sánchez a recorrer un mercadillo solidario y a visitar algunos comercios getafenses. La idea era enseñar cómo avanza la ciudadanía en Getafe, lo bien que le van sus negocios y lo agradecidos que están todos por vivir en un municipio donde imperan las políticas socialistas que llevan a las personas Bienestar y Felicidad.
Las fotos, como no podía ser de otro modo, quedaron perfectas en los perfiles de las Redes Sociales. Así el presidente se pudo fotografiar con los participantes de un mercado solidario y afirmar que “he tenido la oportunidad de conocer muy de cerca las actividades e iniciativas de las asociaciones de personas con discapacidad. Sigamos uniendo fuerzas y apoyando a quienes más lo necesitan para seguir avanzando de país”. También pudo presumir el presidente de visitar una pastelería getafense y a su propietaria, una joven que es “un ejemplo de quien persigue un sueño y logra hacerlo realidad, con talento y esfuerzo”.
El objetivo de estos mítines de fin de semana es que el presidente “pise la calle” y que la gente le pueda ver, le pueda abordar, se haga fotos, reparta abrazos, palmaditas en la espalda… en definitiva sacar al presidente de La Moncloa para tratar de huir del síndrome que tarde o temprano afecta a todos los inquilinos del palacio presidencial y que les termina por alejar de la realidad y la cotidianidad que viven y sufren los ciudadanos.
La visita de Sánchez a Getafe impulsaría, por tanto, la figura del líder socialista y también sería un empujón para la alcaldesa que ejercía de anfitriona, Sara Hernández. Una regidora que repetirá candidatura en mayo de 2023 y necesita todo el apoyo posible para revalidar su condición de alcaldesa. No hay mejor ocasión que la visita del máximo mandatario del partido y, además, del Gobierno de la nación.
Con lo que no contaba Sara Hernández es que un grupo de personas lograran hacerse notar en el milimétrico acto para recordar que en Getafe, a pesar de las políticas socialistas, hay gente que todavía sufre desahucios, que no tienen una vivienda digna que puedan pagar y que ni las políticas municipales, ni las autonómicas, ni las nacionales dan respuestas a sus necesidades.
Ante el abucheo y los gritos, a Hernández le dio por reír. No sabemos que estaba pensando, pero por las caras que puso parece que en su interior no se podía creer que aquello le estuviera pasando precisamente este día. Fue un “tierra trágame” en toda regla. Es lo que le pasa a algunos políticos cuando se dan de bruces con la realidad, con un grupo de personas que te dice a la cara que sí, que pueden estar muy bien las políticas que hacen, pero que no son suficientes. La cara del resto de alcaldes también se mutó y muchos se quedaron pálidos. Seguro que pensaron “menos mal que no estamos en mi ciudad”. Todos menos el alcalde de Alcalá de Henares, cuyo humor seguimos sin entender.
Esos gritos que interrumpieron el acto forman parte de una realidad que muchos gobernantes no ven o no quieren ver porque les estropea el discurso preparado y los argumentarios de sus partidos, en los que todo son parabienes y no hay lugar para la crítica y para preguntarse si lo que se hace desde los sillones del poder es lo suficiente o queda en slogans y propaganda.
Hay ciudadanos a los que no les llega la repercusión de esas políticas por lo que deben seguir mejorando para intentar dar solución a los muchos problemas que aún sufren muchos sectores de la sociedad
Por mucho que Sara Hernández presuma de que Getafe es y seguirá siendo socialista; por mucho que grite que las políticas socialistas mejoran la vida de la gente; por mucho que repita que han creado un barrio nuevo con miles de viviendas públicas de alquiler a un precio asequible; queda todo en nada cuando alguien desde el público te recuerda que aún hay gente que sufre, que, a pesar de todas esas buenas políticas, aún hay personas que no saben bajo qué techo estarán al día siguiente, que no pueden construir un proyecto de vida porque están en un pozo tan profundo y tan negro que ni sus gritos parecen oírse. Pero hay ocasiones en las que sí, en las que esas voces consiguen ser escuchadas y son capaces de dejar en silencio a todo un polideportivo lleno de socialistas que, por unos minutos, piensan que lo que hacen puede que no sea suficiente.
Después de los gritos de crítica, nadie mejor que los políticos para resarcirse, recomponerse y continuar con su espectáculo como si no hubiera pasado nada. Y así pasó en Getafe este sábado de exaltación socialista. Así, Sara Hernández tuvo tiempo para arremeter contra la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, por “haber dejado morir a miles de personas mayores en la residencia”. También colocó su mensaje sobre lo cercanos que están los políticos socialistas de las personas y de sus necesidades y sobre cómo “cuando gobernamos, nacen los gobiernos de la gente”.
Tras la regidora y lideresa local, le tocó el turno a Juan Lobato que animó al personal con su discurso optimista y lleno de energía que tiene muy interiorizado, porque en realidad se lo cree al 100 por 100. Recordó que hace un año dijo que Ayuso no era imbatible y que le quedan aún siete meses para ganarse la confianza y el voto de los madrileños y las madrileñas. Su objetivo es llegar a la Puerta del Sol y acabar con el reinado popular que dura unas cuantas décadas.
Cerró el acto el invitado de honor, el presidente del Gobierno, que pudo presumir de políticas sociales, de la justicia fiscal, de la buena acogida que tienen las propuestas socialista en Europa o de medidas como la subida de las pensiones. Todo ello tiene mucho mérito, pero no quita para que, a pesar de todo, los socialistas sepan que hay ciudadanos a los que no les llega la repercusión de esas políticas por lo que deben seguir mejorando para intentar dar solución a los muchos problemas que aún sufren muchos sectores de la sociedad.
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