El Partido Popular ha presentado una proposición ante el pleno en la que se pide a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid que el nuevo instituto de El Bercial, que iniciará su construcción en breves, lleve el nombre del novelista Silverio Lanza.
Rubén Maireles, presidente del Partido Popular, ha afirmado que "Silverio Lanza es un orgullo para Getafe, donde estableció su residencia a finales del siglo XIX. El nuevo instituto de El Bercial es un lugar idóneo para recordar a una de las figuras más influyentes de la generación del 98".
Tras tres décadas de funcionamiento, el antiguo instituto Silverio Lanza, que se ubica en Las Margaritas, se fusionó en 2012 con el IES Manuel Azaña, convirtiéndose así en el centro de referencia para el barrio, teniendo una capacidad para acoger a todos los escolares de la zona. La unión fue debida al descenso en la demanda del alumnado y conllevó la desaparición de la denominación del afamado novelista.
El nuevo instituto de El Bercial se constituirá con una iversión de 2,4 millones de euros, financiados por el Gobierno regional de Cristina Cifuentes. El centro se levantará en la avenida de México, dispondrá de 10 aulas de secundaria (capacidad para 300 alumnos), dos salas de desdoble, cinco seminarios y una pista deportiva.
Un lugar idóneo para recordar a una de las figuras más influyentes de la generación del 98
Silverio Lanza
Su nombre completo es Juan Bautista Amorós y Vázquez de Figueroa, nació en Madrid en 1856 y fue uno de los más influyentes precursores de la generación del 98. Se trasladó en 1887 a Getafe, donde residió hasta su fallecimiento en 1912. En esos años recibía la visita de grandes ilustres de la literatura española como lo son Azorín, Pío Baroja o Ramón Gómez de la Serna.
El escritor tenía un estilo moderno, con un peculiar sentido del humor y de gran agudeza crítica. Cultivó novelas tan importantes como el Año Triste, su primera obra, que causó un enorme impacto enorme en el ambiente literario, considerada como una de las publicaciones más importantes de ese año.
También cultivó la novela naturalista con obras como "Mala cuna y mala fosa" (1883), "Ni en la vida ni en la muerte" (1890), "La rendición de Santiago" (1907), entre otras.