Esta tarde, la piscina de Humanes ha sido el escenario de una catástrofe: un bañista que estaba nadando ha tenido que ser rescatado en parada cardiorrespiratoria y tras comenzar las maniobras de reanimación fueron relevados por el 112, que solo pudo confirmar el fallecimiento.
Cuidado con los ahogamientos
Aunque la causa de esta muerte fue, probablemente, un infarto, ya que era un bañista adulto y que sabía nadar, cada año mueren 236.000 personas en el mundo por ahogamiento, según la OMS. En este sentido, la propia Organización Mundial de la Salud recuerda que hay muchas medidas que son útiles para prevenir los ahogamientos. El hecho de instalar barreras para controlar el acceso a masas de agua que supongan un peligro (p.ej. cubriendo pozos, erigiendo barreras con puertas o corralitos, vallando el perímetro de piscinas, etc.) o de eliminar por completo esas masas de agua reduce el nivel de riesgo y de exposición a peligros acuáticos.
La instauración de sistemas comunitarios supervisados de cuidado de los niños en edad preescolar puede reducir el riesgo de ahogamiento, amén de presentar otras ventajas contrastadas desde el punto de vista de la salud. Otro enfoque es enseñar habilidades básicas de natación, seguridad acuática y rescate seguro a los niños en edad escolar. No obstante, es preciso poner el acento en la seguridad y encuadrar esta labor en un sistema global de gestión del riesgo que incluya un programa lectivo de seguridad probada, un área de instrucción segura, procesos de preselección y selección de los estudiantes y una proporción entre estudiantes e instructores que ofrezca garantías de seguridad.
Para prevenir ahogamientos también es importante aplicar políticas y leyes eficaces. Instituir y hacer cumplir reglamentos de seguridad en la navegación recreativa y el transporte de mercancías o personas es un elemento importante para mejorar la seguridad en el medio acuático y prevenir ahogamientos. Generar resiliencia ante las inundaciones y gestionar el riesgo de inundación mediante una mejor planificación de la preparación para desastres y de los usos del suelo y mediante sistemas de pronta alerta puede evitar ahogamientos en caso de inundaciones catastróficas.
La elaboración de una estrategia nacional de seguridad acuática puede servir para suscitar un mayor nivel de conciencia en la materia, generar consenso en torno a posibles soluciones, fijar las líneas de actuación estratégica y ofrecer un marco de referencia que oriente las actividades multisectoriales y permita seguir y evaluar la labor realizada.