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Guillermo Blázquez no es político de profesión, pero sí que cuenta con las cualidades que un buen dirigente debe tener para gobernar: "humildad y honestidad".
Con la calma que le caracteriza, nos cuenta que su candidatura a la Alcaldía la combina con su trabajo en la hostelería, sector en el que ha aterrizado por obligación al quedarse en paro tras toda una vida de carpintero en el sector aeronáutico recorriendo "casi todas" las bases aéreas españolas.
En este 'salto' al interior de la barra del bar, donde puede escuchar las quejas de los vecinos y vecinas, ha contado con el apoyo de su mujer, que le ha acompañado también a esta entrevista en nuestros estudios.
Con 13 años le dije a mi padre que no quería ir al colegio y que me iba a trabajar con él
La familia, sin duda, es uno de los grandes pilares en su vida, y no se olvida de mencionarla en repetidas ocasiones. Así, el mayor logro de su vida son sus hijos, una respuesta para la que no ha dudado ni un segundo.
No considera fracaso los errores y no recuerda ninguno de ellos. Eso sí, volvería a la infancia, a aquella época de "malote" donde estudiar no era el pasatiempo favorito, para quizás ser un poco más aplicado.
Su defensa por los derechos de los animales es férrea y lo tiene muy claro: "No puedo ver un encierro y no comparto quien lo considera un arte", sentencia.
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