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La alegría y la actividad inundan la residencia Amavir de Humanes de Madrid que, durante estos días, ha abierto sus puertas a una decena de niños de entre 6 y 12 años a través de sus campamentos intergeneracionales 'De acampada con mis abuelos'. Niños y niñas saludan a los mayores por la mañana, les cantan canciones, riegan las plantas de las terrazas o comparten los talleres de gimnasia, pintura y cocina con ellos.
La directora del centro de Humanes, Manuela Peña, asegura que estos campamentos "desarrollan vínculos afectivos entre pequeños y mayores" y "reducen los estereotipos negativos de la vejez". "El funcionamiento de una residencia unida al movimiento de los niños es un verdadero placer", comenta Peña.
Además, esta actividad sirve para favorecer la conciliación laboral y familiar porque muchos de estos niños y niñas son hijos de los empleados. Este campamento se celebra estos días en los centros de Amavir en Humanes, Coslada y Usera.
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