El domingo seis de noviembre comenzó su andadura un nuevo partido político en Humanes de Madrid con un ámbito meramente local. Han sido varios meses de preparativos, de papeleos y de trámites legales que la mayoría de nosotros desconocíamos de su existencia y de su complejidad. Lo difícil de un proyecto que nace de cero es ponerlo en marcha, una vez que ya está en movimiento parece que mantienes cierta inercia, aunque ya doy por seguro que nos encontraremos muchas piedras en el camino.
Alguno pensará que si sigo en esto es porque me gusta, sin embargo ya he dicho en muchas ocasiones y en anteriores artículos que no me gusta la política, que hubiera preferido que los cambios que yo quería y proponía se hubieran llevado a cabo sin contar conmigo en el gobierno, pero lamentablemente no ha sucedido así. Entonces, ¿Por qué seguir? La respuesta es sencilla, por la espinita que me habría quedado si hubiera dejado la política sin comprobar si mi desempeño por mostrar otro tipo de política hubiera tenido éxito. Cuando me presenté por Ciudadanos era un desconocido con buenas intenciones pero sin experiencia ni demostraciones, ahora ya tengo un bagaje a mis espaldas, un trabajo que muestra mi coherencia y que sigo con el mismo deseo de cambio. Es mejor intentarlo y fracasar que arrepentirse siempre de no haberlo intentado y por este motivo no puedo tirar la toalla, no creo que me lo perdonara nunca.
¿Y por qué un partido nuevo? La respuesta vuelve a ser fácil, por coherencia y por principios
Ahora es cuando viene la siguiente pregunta, ¿Y por qué un partido nuevo? La respuesta vuelve a ser fácil, por coherencia y por principios. Cuando me metí en política tenía claro cuáles eran mis metas y nunca pasaron por vivir de la política ni por buscar objetivos mayores en municipios mayores o en la Asamblea, así que he rechazado cualquier oferta que fuera en esas direcciones. Y después de mi experiencia en Ciudadanos no quería seguir dependiendo de un “hermano mayor”, de alguien que guiara mis pasos más importantes en Humanes de Madrid, y tampoco quería guardarme las armas cuando me enfrentara a “primos hermanos” en Comunidad o Estado cuando no pensaran en los intereses de los vecinos, así que decidí no entrar en ningún otro partido que tuviera que cumplir órdenes de equipo.
De modo que descartando las opciones fáciles de la retirada o el cambio de partido, sólo me quedaba la opción más difícil, la más cara y la que más trabajo me va a dar. Independientemente del resultado que obtenga en las próximas elecciones, esta decisión que tomo es la correcta para mí, ya que me habrá dado la opción de poner sobre la mesa el trabajo realizado durante estos cuatro años y me demostrará si lo que los vecinos quieren es similar a lo que yo quiero para Humanes de Madrid.
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