Con un Navalcarbón nevado, la magia de la Copa del Rey daba otra oportunidad a Las Rozas para seguir soñando. El reto era complicado. Enfrente, los roceños se encontraban con un equipo de Primera división: el Eibar. Un reto que, más allá de asustar a los nuestros, les motivaba aun más.
No obstante, en el fútbol, las ganas y la ilusión, por si solas, no te hacen vencer. El partido comenzó mal para los nuestros. En el minuto 15, un gol de Muto servía para que los vascos se adelantasen en el marcador. Una ventaja que, tres minutos más tarde, ampliaría Quique con un gran gol.
En la segunda mitad de la prórroga, un gol de Enrich servía para que el Eibar se pusiera por delante
El 0 a 2 llevaba la decepción a las gradas del estadio roceño, que veía cómo su equipo era superado por el Eibar. Ya en la segunda mitad, el equipo de Mendilibar ponía la puntilla con el tanto de Pedro León con el que hacía el 0 a 3 y cerraba el encuentro. O eso parecía. La rápida reacción de los nuestros daba un vuelco al partido.
En el 74, Losada, de cabeza, hacía el 1 a 3; dos minutos más tarde, Ramos Mingo ponía el 2 a 3 tras una jugada de estrategia; y en el minuto 79 Augusto hacía que Navalcarbón se cayera con un espectacular remate con el que igualaba el duelo. El partido llegaba, así, al final de los 90 minutos. La prórroga decidiría todo. Y, ahí, pesó más la experiencia del equipo grande.
En la segunda mitad de la prórroga, un gol de Enrich servía para que el Eibar se pusiera por delante, asegurando su presencia en el sorteo de la siguiente ronda de la Copa del Rey. A los roceños siempre nos quedará el recuerdo de haber hecho historia en el torneo del KO.