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El Ayuntamiento de Leganés ha inaugurado recientemente un conjunto escultórico ubicado en la rotonda del barrio de San Nicasio conocida como del Santo Niño, en la confluencia de las calles Río Duero, Río Guadalquivir, Río Urbión y Río Tormes. De ahí que la temática elegida han sido diversas representaciones de la fauna y la flora que son habituales en los ríos de España, obra del artista Luca García.
Bajo el título “El ciclo del agua” todas las esculturas han sido construidas con metales reciclados. En este sentido, el alcalde de Leganés, Miguel Ángel Recuenco, ha estado presente en la inauguración y ha explicado que “las esculturas se han confeccionado a partir de chatarra, específicamente hierro reciclado, porque también queremos concienciar de la importancia de reciclar para proteger el medio ambiente”.
Se trata de una iniciativa puesta en marcha por la Junta Municipal de Distrito (JMD) de San Nicasio para embellecer el barrio y responder así a una reivindicación constante durante años de los vecinos de la zona. “Después de ocho años del gobierno socialista, donde no hicieron nada para adornar esta rotonda que estaba abandonada, este equipo de Gobierno comprometido con la ciudad en seis meses ha conseguido darle color a este espacio. Espero que los vecinos lo podáis disfrutar igual que lo estoy disfrutando yo como alcalde”, ha destacado el regidor.
En el acto de inauguración estuvieron presentes el primer teniente de alcalde, Carlos Delgado, el presidente de la JMD de San Nicasio, Jesús Rodríguez, y los concejales María Estévez y José Marín, también componentes de la JMD de San Nicasio.
Un mensaje sobre la relación entre la actividad humana y la naturaleza
Entre las esculturas destaca una elegante garza en reposo, una garcilla en pleno vuelo, una libélula posada sobre varios juncos, una rana y un pez que salta fuera del agua. Este material encuentra una nueva vida al ser transformado en arte, dando así un ejemplo de cómo es posible convertir lo que se considera basura en una expresión creativa.
A través de esta obra se busca transmitir un mensaje de conciencia sobre la relación entre la actividad humana y la naturaleza, utilizando el arte como un medio para reflexionar sobre nuestra interacción con el entorno y generando un diálogo en el ámbito social.
Las cinco esculturas están dispuestas sobre una isla de rocas, de diferentes tamaños y colores. En la creación de las obras se utilizan diversas técnicas, tanto tradicionales como modernas, como soldadura, corte por plasma, moldeado en chapa, desbaste y pulido. La fase final implica la aplicación de pátinas sobre las esculturas, añadiendo colores inspirados en la naturaleza de los ríos de la península Ibérica. Además, en la rotonda se han realizado trabajos de mantenimiento y de mejora para acondicionar la zona.
El artista Luca García ha detallado que “esta obra escultórica versa sobre la temática fluvial, con los principales habitantes de nuestros ríos como símbolos del gran valor de la naturaleza. Mediante el uso de metal reciclado hemos pretendido transmitir concienciación en la relación del humano con la naturaleza, un ejemplo de arte sostenible y un homenaje a nuestros ríos”.