La ciudad de Leganés esconde un secreto. Una pequeña ciudad dentro de la propia ciudad. En ella, cientos de niños reciben educación, un hogar y la atención que necesitan. Desde el más pequeño, tres años, hasta los más mayores. Todos participan en el día a día de esta pequeña urbe, creada y pensada especialmente para ellos. Fundada en 1970 por el arquitecto Alberto Muñiz, más conocido como 'Tío Alberto', la CiudadEscuela de los Muchachos nos abre sus puertas para conocer mejor su proyecto y su metodología educativa y pedagógica.
48 años de CEMU
Situada en la Avenida del Dr. Fleming, entre la Casa del Reloj y el Hospital Severo Ochoa, la CEMU ocupa más de 30.000 metros cuadrados. Una Aduana, un Ayuntamiento, dos huertos, una granja escuela, un pabellón deportivo, un ágora, un colegio, una catedral e incluso una emisora de radio son algunas de las singulares instalaciones que alberga la entidad. "La CEMU es un proyecto de vida", explica Maía Ordóñez, directora del Departamento de Pedagogía. "Es un proyecto educativo innovador, que obtiene grandes resultados para todos los niños y niñas, pero con mayor impacto en aquellos que se encuentran en situación de desventaja".
Alrededor de 300 alumnos cursan los ciclos de Educación Infantil, Primaria y Secundaria en el colegio concertado de la CEMU, que no tiene coste alguno para los escolares.
Actualmente, son en torno a 60 los residentes que viven en las instalaciones. Niños y adolescentes que, por diferentes razones, no pueden o no quieren vivir en el hogar familiar. Existen dos vías por las que estos niños ingresan como residentes en la CiudadEscuela: por petición de los técnicos de los Servicios Sociales de CCAA como Madrid, La Rioja, Canarias, Extremadura o Castilla y León, que tienen la guarda o tutela de los menores; o por petición expresa de los padres, que buscan un recurso residencial para sus hijos. "Siempre estamos completos. Incluso hay lista de espera para venir a la CEMU", nos cuentan algunos de sus responsables.
La entidad, señalan, actúa como una gran familia numerosa, cuyo objetivo no es otro que el de "reintegrar a los muchachos ciudadanos lo que alguien, o algo, les había negado: el medio -refugio y hogar- apropiado para restaurar los daños de su pasado, atender su presente y proyectar su futuro". Mediante esta micrópolis en el municipio leganense, los escolares y residentes aprenden a convivir unos con otros, a trabajar en equipo y a respetarse. Todo, gracias a lo que ellos llaman el "Juego Ciudadano", en el que podemos encontrar un alcalde o una corporación municipal, compuesta por los propios jóvenes y niños, que velan por el buen funcionamiento de su ciudad. Entre las muchas peculiaridades que posee el colectivo, destacan algunas como la 'Constitución del Niño', sus emblemas y el uso de su propia moneda: los cemus.
Historias cemuneras
Durante nuestra visita a las instalaciones de la CEMU conocemos a Jimmy. Un "cemunero" que llegó con poco más de 10 años "con un historial bastante largo", bromea. Junto a él, descubrimos que la CEMU es mucho más que un centro donde se estudia o se reside durante la infancia y la adolescencia. "Para mí, la CEMU ha sido mi salvación".
Así de contundente nos explica Jimmy, ahora jefe de cocina de la CiudadEscuela de los Muchachos, lo que siente al recordar el tiempo que pasó y que aún pasa con otros niños y niñas. "Casi 50 años después no puedo tener más que palabras de agradecimiento. Me criaron, me enseñaron un oficio, e incluso pudieron darme trabajo", afirma. "Mucha gente no conoce lo que se hace aquí. Creen que aquí solo hay chavales con problemas y malos historiales, que los hay. Pero es mucho más. Antes veníamos porque teníamos pocos recursos y como niños, caíamos en la delincuencia. Ahora, los niños y jóvenes que vienen tienen muchas cosas, pero les falta la atención de la familia, que es en verdad lo que necesitan".
En dos años se cumplirá medio siglo de historia de la CEMU. Una historia ligada a la de la solidaridad de nuestro municipio.