La ‘segunda final’ para intentar salvar la categoría, las ganas, la necesidad de puntuar para el Leganés, pese a que visitaba la casa del líder, no fueron suficientes para sacar algo más que buenas sensaciones.
Los pepineros, conscientes de lo que se estaban jugando, salieron con todo, pese a no contar con uno de los jugadores más destacados de la plantilla como Óscar Rodríguez. Los de Javier Aguirre estaban muy bien posicionados en el campo, anulando cualquier intento de llegada de los culés. Pero la fortuna no estuvo de su parte, pese a intentarlo con gran empeño. Guerrero, con ganas de reivindicarse, tuvo dos oportunidades claras que seguro que provocaron los lamentos de más de un aficionado del ”Lega”. Lenglet y el palo fueron los villanos que provocaron más de un mini infarto en la ciudad del sur de Madrid. Oportunidades muy claras que al final acabas lamentando y se vuelven en tu contra. Fue el caso. En el primer remate a puerta del Barcelona anotó Ansu Fati a pocos minutos del descanso. Esfuerzo en vano.
Leganés mereció, al menos, inaugurar el marcador
Una vez llegada la segunda mitad, el Leganés acusó el gran esfuerzo que hizo por adelantarse en el marcador y contener al líder. Esto dio pie a que el Barcelona llegase más fácil. Anotó un gol que fue anulado antes de que se pitara un penalti dudoso a Messi después de su caída exagerada ante el choque con Silva. El marcador no se movió más y el Leganés reservó sus fuerzas ante la nueva final que se le presenta el viernes frente al Mallorca. Toca sufrir.