El gigante americano se ha visto recientemente golpeado por Inspección de Trabajo, y se ha visto obligado a dar de alta a 4.056 repartidores que distribuían sus productos en Madrid y Barcelona como falsos autónomos. Además, Amazon deberá pagar 6,16 millones de euros por las cotizaciones impagadas durante este tiempo.
El caso 'Glovo' parece estar extendiéndose a otras empresas que operan de forma similar. Según el Tribunal Supremo, los ‘riders’ de la empresa ejercían su actividad como asalariados, al encargarse la empresa de realizar labores de coordinación y organización del servicio productivo.
Como recoge El País, “las actuaciones de la Inspección de Trabajo se remontan a finales de 2017 y han continuado hasta principios de 2020. Se dividen en tres expedientes que afectan a dos filiales del gigante del comercio electrónico en España: Amazon Spain Fullfillment y Amazon Road Transport”.
“Estamos en completo desacuerdo con la resolución y presentaremos una apelación. Asimismo, estamos cooperando plenamente con las autoridades laborales en su investigación”, ha señalado la empresa a El País, añadiendo que “desde Amazon, estamos orgullosos de poder ofrecer una amplia variedad de oportunidades en toda España en la red de distribución, incluyendo un pequeño porcentaje de autónomos que colaboran con nosotros repartiendo paquetes de forma independiente, con la opción y la flexibilidad de realizar entregas en las franjas horarias que mejor les convengan y obtener así ingresos adicionales”.