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Se van rompiendo barreras, se van quitando tabús, y el del domingo era otro importante. El Atlético Femenino y el FC Barcelona se daban cita en el Wanda Metropolitano en la jornada numero 24 de la Primera división nacional femenina. Jugaban primera contra segunda, con una diferencia de 6 puntos entre ellas.
Justo antes de empezar el encuentro el estadio se mostraba rojiblanco, aficionados se desplazaban para disfrutar de su equipo, el club ofrecía entradas gratuitas a socios abonados, y al resto precios muy populares para poder disfrutar de una jornada soleada de buen fútbol.
Por desgracia, el fútbol femenino aún no tiene la suficiente difusión, los suficientes patrocinadores y el suficiente respaldo para poder competir con su homólogo masculino, pero, cuando el Atlético de Madrid está por medio, se rompen todos los estigmas, todas las barreras, y demuestra al resto del mundo que son de otra raza.
Pues bien, esto va a colación del llenazo histórico que se registró en el Wanda, en un partidazo donde se retaban los dos mejores equipos nacionales femeninos en la actualidad. En cuanto a fútbol, hay que destacar el despliegue físco y táctico que ambos equipos mostraron. Comenzó intenso el equipo local, con Amanda Sampedro como capitana, pero hay que destacar la destreza bajo palos de Lola Gallardo, la distribución de balón de Hermoso y, como no, la lucha que mostró durante todo el partido de Ludmila.
Sanchez Vera salió fuerte y desplegó un 4-2-3-1. Quería el balón y sabía que el Barcelona suele ser el dueño de él, pero jugaban en el Wanda y, en casa, el Atleti se había mostrado muy seguro. Había que frenar la zancada de Oshoala, la delantera culé, y taponar tanto a Leila como a Alexia con sus desbordes y circulación de balón.
Los primeros mintuos fueron rojiblancos, presionando y luchando todos los balones, querían demostrar a su afición que son las mejores este año y querían agradecer a los cerca de 61.000 espectadores que llenaban la grada del Metropolitano. Pero el Barça, poco a poco, se iba haciendo con un hueco en el partido y empezaba a desbordar a la defensa colchonera con balones en profundidad a sus delanteras que por velocidad solían ganar la posición.
La primera parte concluía con dominio rojiblanco al principio y mayor igualdad durante los últimos 20 minutos. La afición rojiblanca no había parado de animar, y la sensación era tal y como lo merecía un gran partido de estas dimensiones, sin tener en cuenta el sexo de las deportistas que luchaban en el césped cada balón.
Orgullosos, de nuestras jugadoras!!, cantaban una y otra vez los aficinados rojiblancos.
La segunda parte comenzaba con un ligero dominió culé, quizás por la tensión de la alegría de ver el estadio lleno, o quizás por la presión de la importancia del partido. Todo ello hizo que el Atlético entregara el balón y las visitantes llegaran con mayor claridad a la meta local. Así, en el minuto 65, Oshoala ponía el 0-1 tras un córner de Losada. Tras fallo de la meta local, sólo tenía que empujar el balón a la red y poner el 0-1 en el marcador.
Pero ni afición ni jugadoras bajaron los brazos. Empezaron los cambios en ambos bandos para dar refresco y dar mayor tensión a cada jugada. Hay que destacar la deportividad de las jugadoras, no protestando ninguna jugada -mucho deberían aprender sus homonimos en categoría masculina-. Con un atlético volcado a conseguir el empate, el Barcelona lo aprovechó y en una contra puso el 0-2, obra de Esther, que aprovechaba un rechace del palo de la portería para controlar y rematar a puerta vacía de nuevo. Estaba siendo injusto el fútbol con Atlético femenino, pero el Barcelona es un gran equipo y no se le pueden dar oportunidades para marcar.
El partido concluía con este resultado, pero la afición supo agradecer dicho espectáculo a ambos equipos, y se mantuvo cerca de media hora más tras el partido aplaudiendo a las jugadoras de Atleti y de Barça. Tras el encuentro las jugadoras locales saltaron al terreno, para agradecer la asistencia de sus aficionados que habían llenado el estadio y entre lágrimas daban gracias por el respaldo y apoyo.
Sólo cabe agradecer a estas jugadoras y a otras muchas que intentan hacerse un hueco en el escapárate deportivo, que tienen la misma ilusión y confianza, además de profesionalidad que cualquier otro deportista del sexo masculino. Una vez más hay que destacar que cuando los aficionados rojiblancos se proponen rebasar barreras, se unen y las saltan sin más.