Estas navidades para muchas familias serán diferentes debido a la difícil situación que la pandemia de la COVID-19 ha ocasionado en el ámbito económico y social. Dichas dificultades se suman a las que presentan muchas familias que son beneficiarias de las entidades federadas en Autismo Madrid.
Por este motivo, la Federación Autismo Madrid e intu Xanadú se unen una vez más para colaborar por una misma causa. Bajo el lema ‘Tarjeta Navidad Solidaria’, el centro comercial madrileño se encargará de comprar 28 tarjetas con valor de 100 euros cada una para repartir entre las 14 entidades que forman parte de la Red Social Colaborativa de Autismo Madrid.
Cada entidad repartirá las tarjetas a las familias que se encuentren en situación de mayor vulnerabilidad, y así poder canjearlas para la compra de productos de primera necesidad en las tiendas de El Corte Inglés.
“En el caso de las familias con personas con Trastorno del Espectro del Autismo, la situación es aún si cabe mucho más complicada y vulnerable ya que tienen unos gastos superiores a los de cualquier otra debido a las necesidades que presenta el autismo, de ahí la importancia de ayudarles con productos de primera necesidad y así puedan pasar una mejor Navidad”, explica Alexis Martín de la Peña, gerente de intu Xanadú.
La colaboración en esta campaña es fruto del firme compromiso que intu Xanadú tiene con el colectivo. El pasado mes de enero, el centro comercial madrileño y la Federación Autismo Madrid firmaron un convenio de colaboración para convertir el centro en el primer espacio comercial y de ocio friendly con el autismo, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas con este trastorno y sus familias.
El Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) es un trastorno de origen neurobiológico que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral, dando lugar a dificultades en dos áreas principalmente: la comunicación e interacción social y la flexibilidad del pensamiento y de la conducta. Se calcula que en España hay más de 450.000 personas con TEA, cifra que se eleva a casi un millón y medio de personas vinculadas al trastorno si se tiene en cuenta también el impacto que produce en sus familias.