La 40ª edición de Veranos de la Villa, festival organizado por el Área de Cultura, Turismo y Deporte, llegó este pasado domingo a su fin tras un verano lleno de propuestas de música, cine, danza y aproximaciones a la cultura de Japón, país invitado de esta edición.
La bailarina y coreógrafa Sol Picó, que celebra treinta años de trayectoria, fue la encargada de despedir esta edición del festival -que ha tenido lugar del 9 de julio al 25 de agosto- con un espectáculo de calle de gran formato al que asistieron cerca de 2.500 personas.
Carrer 024 tuvo lugar en la Plaza de Matadero Madrid, con acceso gratuito y gran respuesta del público, que agotó las entradas. Se trata del más reciente espectáculo de la artista, un montaje fresco y actual que recupera una característica fundamental del lenguaje de Picó: la danza en grandes estructuras con música en directo, donde el público se sitúa libremente entre la escenografía. En el espectáculo, los bailarines reflexionan sobre la soledad que afecta a la sociedad, poniendo en valor la memoria y la experiencia frente a la sensación de aislamiento y vacío.
Este año el festival ha tenido lugar del 9 de julio al 25 de agosto
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