Tras el ridículo histórico de la semana pasada, la Unión Europea ha decidido rectificar y reaccionar ante la crisis sanitaria y económica que está viviendo, sobre todo, nuestro continente. Por ello, desde Bruselas se ha anunciado la puesta en marcha de un paquete de 100.000 millones de euros para paliar los efectos de la expansión del virus en el empleo de los europeos.
Así lo ha anunciado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien ha explicado que se ha propuesto la creación de un fondo temporal para conceder préstamos a los países más afectados por el virus COVID-19, utilizando esa financiación para mantener el empleo de los trabajadores a través de los conocidos como Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
Se ha propuesto la creación de un fondo temporal para conceder préstamos a los países más afectados por el virus COVID-19
De esta forma, Europa quiere que los países afectados por el coronavirus apuesten por los ERTE, de cara a que sus trabajadores sigan percibiendo gran parte de su salario, a pesar de que la empresa haya reducido su actividad. Pero, ¿cómo pretender conseguir la Unión Europea esos 100.000 millones de euros?
La propia Ursula von del Leyen ha asegurado que, para recaudar esa cifra, Europa se encargaría de buscar financiación en el mercado con el respaldo de los avales proporcionados por los propios países miembros de la Unión. Esto obliga a la Comisión Europea a asegurar, como mínima, garantías equivalentes al 25% de los 100.000 millones. Este proyecto prevé que sean los propios países los que soliciten el préstamo, ya que no habrá una asignación fijada para cada uno de ellos.