De lo más destacable de ‘Camino Amarillo’, considera, quizá sea la forma de abordar la situación. “Tanto la canción como el videoclip apostaron por tener una visión optimista y cero dramática de la aceptación de la homosexualidad, en el sentido de poder encontrarte a ti misma, primero, y encontrar el amor, como todo el mundo merece”. Aún así, insiste, “una sociedad sana no tendría que normalizar, sino aceptar la variedad en todas sus vertientes y que no pasara nada”.
Una sociedad sana no tendría que normalizar, sino aceptar la variedad en todas sus vertientes y que no pasara nada
Su visión de la realidad, aunada a un estilo que identifica como ‘terror pop’, resulta admirable en su tolerancia, huyendo del blanco y negro y defendiendo la inmensa escala de grises. “En la vida”, dice, “no te encuentras a buenos o malos a lo ‘Dinastía. Te encuentras a gente con inseguridades y miedos que reacciona como puede”. Unos miedos que, en ocasiones, te empujan a lo más profundo, pero que, en otras, te ayudan a salir a flote, por pura supervivencia.
En ese camino de autoexploración, Belenciana reconoce que “componer te ayuda a hacer una síntesis de tus sentimientos para ponerlos en claro”, pero que la pretensión de su trabajo no va más allá de eso. “Hago música porque me sale hacer música. Y ya, si puedo conectar con la gente, es algo maravilloso”. Solamente pide, para este 2019, “seguir disfrutando de las personas y de las cosas”. Por el momento, podremos verla en directo en el Madrid Popfest (marzo 2019), aunque espera “que haya alguna sorpresa más” de la que nos encantará ser testigos.