La Policía apenas ha recibido avisos de hurto en los últimos meses. La principal causa es la ausencia de turistas y grandes aglomeraciones en la capital. El distanciamiento social ha tenido un efecto colateral, la ausencia de hurtos en zonas céntricas y en el suburbano.
Los 500 ladrones que, según estima la Policía Nacional, operan en la red del suburbano madrileño a lo largo del día, han desaparecido en las últimas semanas. El coronavirus y el confinamiento de la población están reduciendo a mínimos nunca vistos el número de este tipo de delitos.
En cifras, una treintena de denuncias por hurtos se ponían diariamente en la capital, llegando a los 11.000 delitos en el suburbano en 2018. A día de hoy, la Brigada de Seguridad Ciudadana anuncia que apenas tienen llamadas. "Con estas medidas están desaparecidos. Ocurre igual con los robos que las bandas georgianas perpetraban hasta ahora en los domicilios", detalla uno de los policías a EL ESPAÑOL.
"No están trabajando ahora. No recibimos avisos", señala otro agente de Policía Nacional que recibe este tipo de alertas en Madrid. Los agentes tienen identificados a los principales ladrones del Metro, algunos de ellos están fichados y tienen prohibida la entrada al suburbano.
Actualmente la Brigada Móvil de la Policía Nacional, conformada por 80 agentes que investigan robos en el transporte, no tiene noticias de los carteristas habituales. La mayoría de carteristas cambian de ciudad cuando son fichados o se mueven a la costa cuando hay poco ‘negocio’ en la capital, pero con la llegada de la crisis sanitaria, ni si quiera pueden actuar en partidos de fútbol o zonas de fiesta, simplemente han ‘desaparecido’.