En el parque El Paraíso, en el distrito de San Blas-Canillejas, se han finalizado las labores de control y reducción de la presencia de la oruga procesionaria en las zonas verdes de la ciudad. Los trabajos han tenido lugar desde los meses de verano hasta finales de febrero, ya que concluye la metamorfosis del insecto y las orugas comienzan a descender los árboles. Tras este paso, se entierran en el suelo y depositan sus larvas.
Solo en enero y febrero, se han retirado un total de 65.000 nidos o ‘bolsones’, en espacios verdes y parques de titularidad municipal, sobre todo en lugares donde proliferan los pinos y cedros, con especial incidencia en zonas infantiles y estanciales y en entornos de centros escolares.
Se recomienda no tocar ni manipular las orugas. En caso de visualizarlas, se solicita llamar al teléfono gratuito 010 para una rápida actuación por parte del Ayuntamiento
No obstante, desde el Ayuntamiento recuerdan que hay que evitar acercarse y manipular las orugas. A pesar de la curiosidad que produce su comportamiento, sobre todo en pequeños y mascotas, hay que evitar que se aproximen a estos, pues pueden producir lesiones en la piel, ojos y mucosas, puesto que estos insectos tienen carácter urticante.
La retirada de los nidos de este insecto se lleva a cabo durante los meses de enero y febrero. Estos ‘bolsones’, que se encuentran en las copas de los árboles, en pinos y cedros, se retiran mediante tijeras de pértiga o plataformas de poda.
En febrero es la fase final donde se colocan anillos perimetrales alrededor de los troncos de los árboles para impedir el descenso de las orugas al suelo e imposibilitar la formación de las procesiones de orugas por el suelo con el inherente riesgo que entraña para niños y animales. 1.874 anillos de estas características han sido colocados este año.
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