La histeria (y el desconocimiento) ante un posible contagio por el virus originario de Wuhan (China), el coronavirus, ha acabado con las existencias de mascarillas en las farmacias. La falta de reservas ha provocado que el Hospital Infanta Leonor haya sufrido el robo de cientos de mascarillas durante el día de ayer.
La autoría de los hurtos, aún no confirmada, aunque todo apunta a los propios trabajadores, según fuentes consultadas por El Mundo. El diario asegura que las mascarillas se encontraban en habitaciones “cerradas con llave a las que solo pueden acceder el personal sanitario. Los pacientes y las visitas no tienen forma de entrar ahí”, sostienen esas mismas fuentes.
Pese al robo, el Hospital Infanta Leonor ya ha repuesto las cientos de mascarillas sustraídas. La dirección del centro ha anunciado que reforzará el control de las mascarillas para asegurar el uso racional del material, restringiendo el uso a los casos estrictamente necesarios.
Además del refuerzo de los mecanismos de control, el centro sanitario asegura encontrarse “preparado” y con el material adecuado para la atención ante la llegada de un posible caso de coronavirus.
Desde la Organización de Consumidores (OCU) recuerdan que el uso de mascarillas no se incluye entre las recomendaciones sanitarias para la protección de la población
Las farmacias han colgado el cartel de ‘fin de existencias’ ante la llegada del coronavirus. Ante la compra masiva de mascarillas nos preguntamos ¿son realmente necesarias?
Desde la Organización de Consumidores (OCU) recuerdan que el uso de mascarillas no se incluye entre las recomendaciones sanitarias para la protección de la población. Lo que sí es efectivo para prevenir el contagio es el lavado de manos frecuente, evitar el contacto estrecho con quien tenga sospechas de estar infectado, mantener una distancia de un metro con las personas que registren síntomas y cubrirse la boca y la nariz con pañuelos al toser o estornudar.
La OCU recuerda que el uso de ninguna mascarilla “puede evitar al 100%” el contagio. Por eso aconsejan no dejarse llevar por el alarmismo y no contribuir al enriquecimiento de quienes hacen del miedo un negocio.