La crisis sanitaria del coronavirus ha despertado otra preocupación: la pérdida de empleo. Son muchas las empresas que tras echar el cierre de sus negocios se han visto obligadas a plantear despidos o ERTEs. El temor a una posible avalancha de despidos ha puesto al Ministerio de Trabajo manos a la obra, planteándose medidas excepcionales durante el periodo que dure los efectos del coronavirus.
Una de las fórmulas que están sobre la mesa es que las empresas no asumen por completo el coste de los salarios de sus empleados. Una parte la asumiría el Estado, otra el empleador y, en menor medida, el trabajador, aunque los porcentajes aún no están definidos. La medida será aplicable siempre y cuando no haya despidos. El ejecutivo persigue un término medio que amortigüe la posible pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores y la quiebra de las empresas. De esta forma, percibirán una mayor retribución que si estuviesen en situación de desempleo y minimizarían el impacto económico en las empresas.
De momento se trata de una posibilidad que el Ministerio de Trabajo baraja, aunque no ha transcendido si se llevará a la práxis. Es vox populi que las desavenencias entre el PSOE y Unidas Podemos y que quedaron más que patentes en el Consejo de Ministros celebrado el sábado, se deben a cuáles deberán ser las medidas de estímulo económico a consecuencia del coronavirus.
Percibirán una mayor retribución que si estuviesen en situación de desempleo y minimizarían el impacto económico en las empresas