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La fiesta de Halloween se ha convertido en una tradición más de nuestro país. Frente al día de todos los santos, Halloween es ese evento cada vez más elegido y más festejado por los niños y niñas y la gente joven. Los disfraces son sin duda el punto estrella de este festejo, pero ¿son seguros?

Antes de elegir el mejor disfraz, hay que tener en cuenta una serie de cosas, y más si los disfrazados son niños y niñas pequeños. Dejando a un lado el sexismo en la temática del disfraz, hay otros elementos que no son seguros. Para empezar los disfraces y accesorios para menores de 14 años, se consideran juguetes y por tanto deben ir etiquetados con datos de fabricante y composición del tejido.

A parte de prevenir dermatitis o afecciones cutáneas, el etiquetado nos indica la inflamabilidad, que cuanto más baja sea, mejor. Esto se ve reflejado sobre todo en las pelucas y otros accesorios con los hay que tener cuidado. También se ha de evitar para los más pequeños los cordeles o atajes que van directamente al cuello, y que pueden ocasionar afixias. En este sentido, si el disfraz consta de una máscara, hay que tener mucho ojo con la ventilación del mismo.

Para terminar, los elementos punzantes son otro elemento de riesgo. Los maquillajes, por su lado, han de mostrar fecha de caducidad, contenido y composición, así como el lugar donde han de ser aplicados. De esta manera prevenimos intoxicaciones o afecciones alérgicas muy comunes. Otro consejo, evitar disfraces muy violentos que afectan a la actitud del niño y a la seguridad del resto.