El patinete eléctrico se ha perfilado en los últimos meses como el ‘gadget’ de moda utilizado por los ciudadanos para moverse por la capital. Aprovechando un vacío legal, puesto que no necesitaban permiso para operar, se afincaron en Madrid de la mano de las entidades VOI, Wind y Lime. Sin embargo, su puesta en funcionamiento ha estado salpicada por la polémica desde los inicios. Ahora, el Ayuntamiento de Madrid, a través del área de Medio Ambiente y Movilidad, ha ordenado la retirada de estos vehículos de nuestras calles, denegando el permiso para proceder en la ciudad. La delegada competente, Inés Sabanés, aseguraba que en caso de que las empresas no acaten las directrices del consistorio, “será el Ayuntamiento con sus recursos” quien los aparte de la vía pública.
Nuevos requisitos
Las empresas, entre otras cosas, tienen que tener seguro, adecuar sus apps a las zonas transitables en patinete eléctrico y garantizar la interoperabilidad de sus sistemas informáticos de localización de los patinetes con los del ayuntamiento para que se pueda comprobar el número y la ubicación de sus patinetes conforme a la autorización que se les pudiera entregar. Asimismo, el Ejecutivo local resaltaba que en la nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible los patinetes eléctricos tienen prohibido ir por la acera. Pueden circular por carriles bici y por calles a 30 kilómetros por hora, aproximadamente un 85% de las calles de Madrid.
Un paso atrás
Las ‘startup’ de patinetes eléctricos compartidos han cedido finalmente ante el ultimátum recibido a cargo del Ayuntamiento de Madrid retirando los vehículos dispuestos en nuestras calles. ¿Dejarán la capital para siempre? No. Esperan regresar “lo antes posible” a prestar servicio en Madrid, donde ya cuenta con más de 150.000 usuarios registrados. Únicamente abandonaran la ciudad hasta adaptarse a las nuevas exigencias del consistorio y, una vez este les dé el visto bueno, volverán a rodar.