Agentes de la Policía Nacional y del Servicio de Aduanas de Múnich (Alemania), en una investigación conjunta con la Fiscalía de Bamberg, en la que también han participado Estados Unidos, Reino Unido y EUROPOL, han detenido a uno de los principales distribuidores de medicamentos ilegales que operaba a nivel mundial. En España, la investigación se inició sobre una organización criminal dedicada a la distribución de todo tipo de medicamentos a través de Internet, que culminó en 2018 con la detención de 25 personas y 12 registros domiciliarios en los que se intervinieron numerosas dosis de medicamentos ilegales.
El análisis forense de los dispositivos electrónicos incautados durante aquella investigación permitió a la Policía Nacional identificar a un ciudadano alemán, residente en Singapur, como presunto responsable de la distribución de medicamentos ilegales a un importante número de países del mundo. Las investigaciones sobre este individuo revelaron que se trataba de un empresario bien asentado y establecido en Singapur. Contaba con infraestructuras con un tamaño equivalente a un campo de fútbol para la distribución ilícita de medicamentos.
En enero de 2019, se inició una investigación conjunta entre la Policía Nacional, el Servicio de Aduanas de Múnich y la Fiscalía de Bamberg, con una reunión inicial llevada a cabo en la ciudad de Núremberg. Las investigaciones se centraron entonces en este ciudadano alemán y en su organización criminal. Posteriormente, se llevaron a cabo diferentes reuniones en EUROPOL, con la participación de Estados Unidos y Reino Unido, para compartir información y aunar esfuerzos para tratar de desmantelar la organización criminal.
El pasado 13 de octubre, las fuerzas policiales y judiciales procedieron a la detención del investigado y de su socio en Múnich, este último encargado de la distribución de los medicamentos ilegales en Alemania. Los agentes intervinieron bienes por valor de 1,5 millones de euros, tres vehículos de alta gama, vehículos de movilidad eléctrica, relojes de lujo, criptomonedas por valor de 600.000 euros y equipos informáticos.
En España, el principal detenido introducía medicamentos contra la disfunción eréctil, mientras que en otros países del mundo también introducía antibióticos, medicamentos contra el cáncer, supuestos medicamentos contra el virus Covid-19 y contra el VIH.
Es considerado uno de los principales distribuidores de medicamentos ilegales del mundo. Según informes anuales de la Operación Pangea de Interpol contra la distribución ilícita de medicamentos, el detenido está directamente relacionado con tres de las diez principales empresas encargadas de la distribución ilícita a nivel mundial.
Tras arduas investigaciones, la organización criminal española fue desmantelada en enero de 2018 con un resultado de 25 personas detenidas y 12 registros domiciliarios practicados. Se intervinieron 500.000 dosis de 62 tipos diferentes de medicamentos ilegales no autorizados para su venta por internet en España, ya que no estaban sometidos a ningún control sanitario y no tenían prescripción médica. 320.000 euros fueron bloqueados en cuentas bancarias y se intervino un total de 23.000 euros en efectivo y 65.000 euros en criptomonedas.
También fueron incautados numerosos dispositivos electrónicos cuyo análisis de información permitió a la Policía Nacional conocer el modus operandi de la organización y determinar quién estaba introduciendo los medicamentos ilegales en España.
De esta manera, su pudo verificar que los medicamentos eran importados desde India y Singapur mediante servicios postales y empresas de paquetería internacionales, siendo distribuidos en España a través de Internet, utilizando farmacias virtuales ilegales cuyo alojamiento web había sido ubicado en diferentes países por la organización criminal. La organización contaba en España con más de 6.000 clientes que, al mismo tiempo, distribuían los medicamentos ilegales a un nivel inferior.
La venta de estos medicamentos en España se encuentra rigurosamente regulada bajo prescripción y control médico especializado, por tratarse de medicamentos susceptibles de producir numerosos efectos secundarios y ser potencialmente peligrosos para personas con afecciones cardíacas. Además, estos medicamentos no han pasado ningún control de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), por lo que se desconoce su composición.
El contacto y los pagos entre la organización criminal en España y los proveedores de los medicamentos ilegales en el extranjero se realizaban utilizando medidas de seguridad tecnológica como la darkweb y el uso de criptomonedas, con lo que pretendían evitar la investigación policial.