La cotorra argentina se trata de un ave que está catalogada en España como Especie Exótica Invasora (EEI), y la invasión se ha producido por una moda de los ochenta y noventa de comprarlas como animales de compañía, y luego las ponían en libertad.
El censo de cotorra en Madrid ha crecido un 33% en los últimos tres años, de 9.000 aves registradas en 2016, a las 12.000 que actualmente habitan los parques madrileños. Este aumento se debe a la adaptación de la cotorra y a su alta tasa de éxito reproductor.
Ante esta situación el Ayuntamiento de Madrid va a implantar en los próximos meses un plan integral para reducir y controlar la población de estos animales, con una serie de actuaciones, como el sacrificio ético y la esterilización de los huevos, “ya que se han convertido en una preocupación para los ciudadanos y hemos recibido muchísimas quejas”, ha explicado el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante. El plan costará entre seis y ocho euros por cotorra, es decir unos 100.000 euros aproximadamente.
Consecuencias de la plaga
Las cotorras suponen un efecto negativo en la biodiversidad al competir por el alimento con otras especies, por su actividad depredadora y por la modificación de los hábitats y los daños provocados sobre los tallos y brotes de la vegetación al utilizarlos para hacer sus nidos, ya que pueden llegar a pesar 200 kilos y que las ramas no soporten el peso, y por ende que los ciudadanos también estén en peligro. Además también pueden ser portadoras de algunos agentes patógenos que pueden perjudicar a las personas, aunque por el momento no ha habido ningún caso.
Por último, el Ayuntamiento madrileño recuerda a la ciudadanía que desde 2011 es ilegal, en España, tener o adoptar especies invasoras, como la cotorra argentina. En el caso de que ya posean una especie de este tipo está obligado a mantenerla hasta su fallecimiento, de lo contrario estaría cometiendo un delito.