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El barro impide que los coches puedan circular
Los usuarios de la estación de Chamartín han tenido que llamar a la grúa
Madrid |

Los usuarios del aparcamiento ubicado junto a la estación de Chamartín sortean los charcos cada vez que llueve. Este espacio se convierte en un barrizal y deja los coches de los usuarios medio hundidos en el fango.

La estación de Madrid-Chamartín recibe miles de personas y este aparcamiento es usado por trabajadores de la periferia que se desplazan hasta la estación de Metro o Cercanías que les viene mejor para acudir a su trabajo.

El aparcamiento lo usan familias de chatarreros que dejan ahí lo que no les sirve

Los vecinos y usuarios de este espacio se quejan no solo del barrizal en el que se convierte el aparcamiento cada vez que llueve sino también de la basura que nadie recoge. Por lo que se acumulan los vertidos. Así pues, del agua, se han formado hoyos, algunos de ellos tan profundos que ya son auténticas piscinas, y por ende, baches que acaban por estropear las amortiguaciones de los coches.

Basura y un poblado chabolista

Vecinos de la zona han visto cómo muchas veces los coches no han podido salir y han tenido que llamar a la grúa para sacarlos. Además, la zona está llena de basura, incluso hay una gran rama de un árbol que se cayó con el último temporal de viento que nadie ha recogido desde entonces.

Además de esta basura, el aparcamiento lo usan familias de chatarreros que dejan ahí lo que no les sirve de lo que han recogido por las calles cercanas. En una de las esquinas del aparcamiento, hay un poblado chabolista que contribuye a que aumente la basura en ese lado.