En 2019, se registraron un total de 562.500 usuarios habituales de cigarrillos electrónicos en nuestro país. Pese a ello, España se caracteriza por aplicar una normativa restrictiva en relación a estos dispositivos y por desaconsejar su uso para el abandono del tabaco. Por este motivo, en España muchas empresas del sector del cigarrillo electrónico, como ivapeo, llevan tiempo reclamando que se trate al sector del vapeo como en el resto de Europa.
En el contexto europeo, los principales países que defienden su uso como un mecanismo válido para dejar de fumar son Reino Unido y Francia, países que han optado por apostar por el cigarrillo electrónico en la lucha contra el tabaquismo.
Los cigarrillos electrónicos son unos pequeños dispositivos que, en su origen, imitaban la forma de un cigarro o una pipa, aunque actualmente existe una gran diversidad de formatos. Creados en China en el año 2004, los cigarrillos electrónicos están compuestos por cuatro elementos: un cartucho donde se almacena la solución líquida, un artefacto calentador, una fuente de energía y una boquilla para inhalar.
Su funcionamiento es muy sencillo. De este modo, todo consiste en que el líquido sea absorbido por las mechas de algodón que se encuentran en el interior del dispositivo. Así, cuando éste se encienda, las bobinas del tanque se calentarán y el líquido se evaporará para que el usuario pueda inhalarlo.
Todo consiste en que el líquido sea absorbido por las mechas de algodón que se encuentran en el interior del dispositivo
El Reino Unido y Francia recomiendan el vapeo como un método efectivo para dejar de fumar. En Reino Unido su utilización está abalada tanto por el King's College de Londres como por el Royal College of Physicians, entre otras entidades. En Francia, por su lado, ha sido la Academia Nacional de Medicina una de las primeras instituciones en respaldar el uso del cigarrillo electrónico para dejar de fumar.
De este modo, en ambos se países de defiende que la utilización de vapeadores tiene efectos positivos en las personas que están abandonando el consumo de tabaco. Además, los dos países no solo aconsejan su uso en aquellos casos en los que efectivamente se está produciendo un cese de la adicción, sino que también recomiendan su utilización para reducir el consumo de tabaco sin anularlo completamente. En este sentido, dentro de una política de reducción de riesgos, tanto Reino Unido como Francia han encontrado en el cigarrillo electrónico su mejor aliado contra los efectos nocivos del tabaquismo.
Asimismo, las autoridades sanitarias de ambos países recuerdan que en la Unión Europea los estándares de calidad y seguridad están garantizados, a diferencia de otros países como Estados Unidos, donde existen una serie de lagunas legales que desprotegen a los usuarios de este tipo de dispositivos. Así, tanto Reino Unido como Francia han encontrado en ello un nuevo argumento para defender el uso del cigarrillo electrónico como un método eficaz para dejar de fumar o, al menos, disminuir los niveles de consumo.
En primer lugar, uno de los consejos más importantes a la hora de sustituir el tabaco convencional por un cigarrillo electrónico se basa en realizar el cambio de forma gradual. De este modo, se irá acostumbrando a las diferencias en el tipo de humo poco a poco. En la misma línea, es recomendable no acortar drásticamente los niveles de nicotina del vapeador desde el primer momento, ya que hay que tener en cuenta que la reducción o abandono del consumo debe realizarse de manera paulatina para que sea eficaz. Por ello, se apuesta por realizar una disminución de 3mg/ml cada mes.
Igualmente, hay que tener en cuenta que cuando comience con el cigarrillo electrónico seguramente lo utilizará mucho más si lo compara con su consumo previo de tabaco. En cualquier caso, es importante entender que ésta es una reacción normal provocada tanto por el tipo de vapor que se genera como por las dosis de nicotina que se liberan, mucho más reducidas que las de los cigarrillos convencionales. Con todo, si se diera el caso de haber vapeado demasiado líquido de nicotina, no hay de que preocuparse. Si esto sucede, lo notará por un leve dolor de cabeza. En este caso, tenddrá que dejar de vapear por lo menos durante una hora.
Asimismo, aunque resulte muy tentador probar todos los aromas disponibles en el mercado, si lo que se desea es dejar de fumar lo más recomendable será limitar el número de aromas que adquiere. Además, si todavía se encuentra en las primeras semanas del cambio, lo ideal será que tenga siempre a mano una segunda batería y una recarga del líquido electrónico para evitarse sorpresas.
De cualquier forma, siempre que perciba el aroma con un toque quemado, será un síntoma de que debe cambiar la resistencia del cigarrillo. Igualmente, si al principio nota que los aromas le resultan insípidos, se deberá a que el vapeador todavía está recién estrenado.