El nuevo líder del Ejecutivo local, José Luiz Martíne-Almeida, ha vuelto a hacerlo. Esta vez ha echado el freno a una de las iniciativas impulsadas por el Gobierno de Manuela Carmena al final de la legislatura: la adquisición del Edificio Thyssen para duplicar el tamaño de La Nave Boetticher. Así, a pesar de haber puesto en valor el citado espacio recientemente en la celebración de la sexta edición de ‘South Summit’ que se dio cita en la antigua fábrica, el Ejecutivo local lo tiene claro.
Antecedentes
El Área de Economía y Hacienda que dirigía Jorge García Castaño decidió aprobar en abril una inversión financieramente sostenible de más de 12 millones de euros en virtud de la cual el ayuntamiento adquiría la propiedad del inmueble situado en los aledaños del centro de innovación distrital. La idea, “seguir transformando el distrito con espacios de emprendimiento y participación activa”. Propiedad de la compañía siderúrgica alemana ThyssenKrupp, esa compra iba a suponer la incorporación a La Nave de un espacio de más de 21.000 metros cuadrados en los que se iban a alojar el Instituto del Dato y el Parque Científico de Madrid.
“Elevado coste de operación”
Ahora, sin embargo, el consistorio dirigido por la coalición entre el PP y Cs ha decidido renunciar a la inversión al estimarla demasiado elevada. En una memoria a la que ha tenido acceso Madridiario, el Ejecutivo explica que el proyecto “no es viable” y, por ello, se solicita la anulación del crédito previsto. “El proyecto no se considera viable por cuanto en su estado actual no es adecuado para la implantación de servicios municipales de no mediar una costosa reforma integral del mismo que no se considera procedente en estos momentos”, reza el documento firmado por Paloma Sobrini, actual directora general de Arquitectura y Conservación. Asimismo, también señala que el edificio no cuenta con una calificación urbanística dotacional, para lo que habría que realizar un plan especial que dilataría el proyecto más allá de 2020, cuando estaba previsto que se inaugurase.