Como si se tratase de las campanadas. En una cuenta atrás, la misma que no hubo este pasado 31 de diciembre en la Puerta del Sol, los jóvenes cantaban y gritaban el inicio hacia ´la libertad´, o mejor dicho, el fin del toque de queda. Centenares de personas llenaron los rincones de la capital - Sol, Plaza de Chueca, Malasaña, 2 de mayo...- y abarrotaron las calles sin respetar ninguna distancia social de seguridad y muchos de ellos, sin mascarilla.
La incongruencia se saldó con más de 450 intervenciones por parte de la Policía Local, quienes intervinieron a lo largo de toda la noche tanto en casas particulares por el ruido ocasionado a los vecinos, como en locales de fiestas clandestinas, y sobre todo en el exterior, evitando aglomeraciones en las calles y plazas de la capital.
Una más que temida quinta ola
La euforia con la que se vivió, digna más de una de aquellas noches cuando España conseguía ganar una Eurocopa o Mundial, no debería de repetirse de cara a los próximos fines de semana, ya que puede provocar una más que temida quinta ola. Las ganas de salir y euforia se dejó ver durante toda la noche entre todas las personas que salieron a la calle, con gritos de libertad, y canciones más propias de otros entornos como ¨alcohol, alcohol, hemos venido a emborracharnos" . El alcalde de la ciudad, José Luis Martínez Almeida, pidió coherencia y responsabilidad a los jóvenes y no tan jóvenes madrileños.