El Real Madrid superó con éxito la primera de las pruebas que se le presentan por delante en estas dos semanas. Consiguió vencer al Liverpool este martes por 3 a 1 y ya tienen un pie en la semifinal de la Champions, pero aún les queda terminar los deberes en Anfield el miércoles que viene, 14 de abril.
Los blancos volvieron al 4-3-3, con la ausencia de Varane por ser positivo en Covid-19, y sin Sergio Ramos por lesión, pero con un Vinicius que hizo que no importasen las bajas. Klopp, por su parte, sacó al terreno de juego a Keita en vez de a Thiago.
En los primeros 45 minutos, los blancos fueron impecables. Avisaban de que no iban a derrotarlos fácilmente y estaban dispuestos a humillar a todo aquel que se interpusiese en su camino. Se hicieron con el dominio nada más empezar el duelo, con Kroos manejando el balón, todos bailaban a su son. A los 27 minutos llegaba el primer tanto de los madridistas, a manos de Vinicius tras controlar un increíble pase del alemán en largo.
Los vikingos pedían un posible penalti sobre Benzema, pero el colegiado no lo señaló. Los de Zidane no estaban dispuestos a dejar que estos contratiempos les minase. Tanto es así, que en el minuto 36 volvían a tocar red, pero esta vez la obra fue de Marco Asensio, que aprovechaba un fallo del meta del Liverpool al intentar despejar el esférico.
El Madrid le sacó los colores a los reds
Los reds parecían estar totalmente fuera del partido. El técnico alemán sacó a Keita del campo para meter a Thiago, pero el equipo seguía sin reaccionar. Llegó el medio tiempo y los visitantes aún no habían hecho un disparo a puerta. Se marcharon al descanso con más pena que gloria.
Tras el ecuador del encuentro, los de Anfield trataron de enmendar la primera parte y salieron con más ganas de meter miedo a unos blancos que tenían una gran ventaja en el marcador, pero que no se confiaban. Salah consiguió meter de nuevo a los reds en el duelo con un gol que dejaba un resultado de 2-1, pero los de Zidane apaciguaron los ánimos.
Trataban de aprovechar los fallos de los blancos, pero tras un saque de banda del Real Madrid, Vinicius se hizo con el balón y colocó el 3-1 que sentenciaría el duelo. A partir de aquí, el técnico francés realizó cambios para reforzar a sus hombres y trataron de buscar el gol en las contras, pero sin éxito.
A pesar de que el Liverpool luchó la segunda mitad, no fue suficiente para llevarse la victoria ante un Madrid que estuvo de principio a fin casi impecable. Ahora los merengues piensan en terminar lo que han empezado en Valdebebas para colarse en la semifinal. Pero, por lo pronto, van a buscar una nueva victoria en otra de las finales que se les presenta este mismo sábado 10 de abril contra el Barça.
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