El Coronavirus ha cambiado nuestras vidas en los últimos meses. Muchas personas han comprendido la importancia de las medidas preventivas y sanitarias para evitar el contagio del virus a las personas de nuestro entorno, gracias a la insistencia de las autoridades sanitarias. Estas medidas también deben ser un reflejo para dar importancia a otras enfermedades víricas, como es el caso del SIDA. El día 1 de diciembre se celebra el Día Internacional de la lucha contra el SIDA, y un bonito homenaje de los periodistas hacia los lectores es la divulgación de información científica acerca de la prevención.
La prevención del SIDA comienza por informar sobre su definición. Y el primer dato sobre esto es, que el SIDA no es lo mismo que el VIH. El VIH es un virus de transmisión que provoca la destrucción progresiva del sistema inmunitario, disminuyendo las defensas y favoreciendo la aparición de determinadas infecciones, tumores y otras enfermedades. Sin embargo, el SIDA es un estado avanzado de infección por el VIH.
Hay cuatro formas de transmisión del virus. Las formas son por vía sexual, vía sanguínea o vía vertical (transmisión en el embarazo). Sin embargo, la vía de transmisión más común es por la vía sexual. La principal medida para evitar contagios por esta vía es el uso del preservativo (masculino o femenino) en las relaciones sexuales con penetración y evitar eyacular en la boca si se practica el sexo oral. En la penetración anal es recomendable utilizar lubricante hidrosoluble además del preservativo. Otra medida de prevención cotidiana es evitar el uso compartido de jeringuillas, agujas, no compartir cuchillas de afeitar ni cepillos de dientes.
En el caso de las mujeres embarazadas con el VIH, hay tratamientos que reducen eficazmente el riesgo de transmisión a sus hijos o hijas. Otro dato importante para estas personas es que la lactancia materna no está recomendada.