La decisión de Pedro Sánchez de mantener abiertas las peluquerías y tintorerías desató la incredulidad y la indignación que se materializaron a través de las redes sociales. ¿El motivo? El jefe del ejecutivo decretó ayer el estado de alarma y en su declaración enunció los negocios que podrían permanecer abiertos durante los 15 días. Como era de prever, los locales destinados a la venta de alimentos y las farmacias prestarán servicio durante la crisis sanitaria del coronavirus. Lo que no era de esperar es que el Consejo de Ministros aprobara que a esos negocios de “primera necesidad” se sumasen las peluquerías y tintorerías. La polémica estaba servida.
Prefiero que tengan el pelo sucio a que se contagien
El Gobierno central fundamentó su decisión en ayudar a aquellas personas mayores, dependientes y con problemas de movilidad a mantener unas correctas medidas de higiene. Las asociaciones de peluqueros ponían el grito en el cielo y resaltaban el riesgo que suponía mantener una actividad que les supone estar “piel con piel” con sus clientes. Una tesis apoyada por la opinión pública que consideraron incomprensible la medida.
Tras la polémica, el Gobierno de la Comunidad de Madrid, liderado por Isabel Díaz Ayuso, ha dicho ‘no’ a Sánchez y ha anunciado que mantendrá cerrados también estos negocios. “Hay que protegerles también a ellos”, ha asegurado Ayuso, que ha reiterado que no hay que salir a la calle. “Prefiero que la gente tenga el pelo sucio a que contagie”, ha apuntillado. Ayuso suma a sus reclamaciones la obtención de mascarillas, respiradores y trajes de protección para el personal sanitario de la región.