El Centro de Cultura Contemporánea Condeduque, espacio del Área de Cultura, Turismo y Deporte, ofrecerá en febrero una serie de propuestas variadas e innovadoras, destacando una performance del artista Putochinomaricón, junto a las actuaciones de Elena Córdoba, Lia Rodrigues, Boris Charmatz / Tino Sehgal y Alberto Cortés en artes escénicas, además de las inauguraciones de la exposición de arte Carrusel y la instalación Lugar y tacto (Wasi Llamkha), así como pensamiento y debate, palabra y mediación, que volverán a estar presentes en la programación.
Artes escénicas
- Putochinomaricón, Kuerpo (hasta el 5 de febrero): El músico y artista de performance Chenta Tsai Tseng, más conocido por el nombre artístico de Putochinomaricón, trae a Condeduque el estreno absoluto de Kuerpo, dondeexamina el conflicto entre la necesidad de visibilizarse como cuerpo no hegemónico y los riesgos de la vigilancia y la mercantilización en la era digital. Esta dualidad plantea una cuestión crítica: ¿puede el arte abstracto y no figurativo seguir siendo considerado queer? La obra, en dos partes, propone lo abstracto como una forma de resistencia y afirmación identitaria.
- Elena Córdoba, El idiota(6 y 7 de febrero): A partir del cuadro El Niño de Vallecas, de Diego Velázquez, la pensadora malagueña María Zambrano elaboró un análisis de la figura del idiota, en un ensayo que describe un modelo de desposesión y alegría que vive en un acuerdo estrecho con la realidad. Elena Córdoba se aproxima ahora a este legado en una pieza en la que actúa junto a Clara Pampyn, y donde Luz Prado se encarga de la creación e interpretación en directo de la música.
- Lia Rodrigues, Encantado (12 y 13 de febrero): Encantado, una coreografía más allá de la danza, representa un extraño pero fascinante ritual, a medio camino entre lo sagrado y lo pagano, lo obsceno y lo exquisito, que nuevamente trae a Condeduque a la creadora brasileña Lia Rodrigues (São Paulo, 1956). Junto a ella, su compañía de danza del Maré, una de las favelas más grandes y peligrosas de Río de Janeiro, quienes ya bailaron en este espacio la inclasificable Furia la temporada pasada.
- Boris Charmatz, Somnole / Foco Boris Charmatz (20 de febrero): El coreógrafo y bailarín Boris Charmatz vuelve a la forma del solo con Somnole, de 2021, con una coreografía acompañada únicamente por un tenue silbido, y donde destila intereses y sensibilidades presentes en sus más de 30 años de carrera.
- Tino Sehgal, Untitled (2000) / Foco Boris Charmatz (22 de febrero): La segunda pieza a cargo de Charmatz será (Untitled) (2000), de Tino Sehgal, donde participa como intérprete. Las propuestas de Charmatz relacionan el contexto en el que se despliegan con los repertorios de la danza y su transmisión, así como el deseo de conectar la teoría con las sensaciones e intensidades del cuerpo que baila.
- Alberto Cortés, Analphabet (27 y 28 de febrero): El director y performer malagueño Alberto Cortés trae con Analphabet una reflexión sobre el amor, el dolor y la transformación. Con elementos mitológicos y poéticos, es la invención de un mito: la de un espíritu romántico que se manifiesta a las parejas en los entornos naturales y que vive atrapado en la herida de la carne; su aparición pone de manifiesto el barranco al que llamamos ‘pareja de amantes’ y los maltratos a los que nos sometemos dentro de esa estructura amatoria.
Arte
- Fuentesal Arenillas e Itziar Okariz, Carrusel(del 28 de febrero al 18 de mayo): Fuentesal Arenillas e Itziar Okariz presentan Carrusel, un encuentro entre sus prácticas artísticas escultóricas y performativas realizado expresamente para la Sala de Bóvedas. Entendiendo la conversación como artefacto, a través de un proceso de correspondencia entre las artistas, los materiales-palabras se traducen en nuevas figuras que se repiten, cambian las formas de la tela y se prolongan a través de diversos elementos.
- Andrea Canepa, Wasi Llamkha (Lugar y tacto) (del 28 de febrero al 18 de mayo): Wasi Llamkha (Lugar y tacto) es una arquitectura efímera de la artista peruana Andrea Canepa, un pabellón situado en el Patio Sur de Condeduque que invita a cerrar los ojos y sentir, a reconocer y relacionarnos fuera de los parámetros de la primacía de lo visual. Sus tonos se funden con el patio, para que se descubra a través del movimiento del cuerpo, del tacto y del sonido.