Estimado Ministro,
Mi nombre es Elisabet Bernardo. Soy una enfermera del Sistema Nacional de Salud español y del mundo. Y digo del mundo porque mi condición de personal eventual (como gran parte del personal sanitario de este país) hace que hoy esté en España pero quién sabe dónde estaré mañana.
Bien, le escribo para darle las gracias. Y es que creo que usted es una persona inteligente y sabe perfectamente a quién pedirle compromiso. Solicita el compromiso del personal sanitario ante una crisis de salud (en este caso la del coronavirus). Usted sabe que los grandes profesionales que tiene este Sistema le van a responder con creces. Y yo le agradezco esa confianza.
Ahora bien, lo que no estoy tan segura es de que conozca el día a día y las condiciones laborales y personales a las que estamos sometidos como para pedirnos más compromiso del que ya tenemos. Y por eso también le escribo estas líneas.
Nuestro día a día cuenta con situaciones como las que enumero a continuación:
• Contratos precarios de días e incluso horas.
• Cambios constantes de servicio: cada día nos mandan a un sitio suponiendo que tenemos saber y conocer el funcionamiento y el abordaje del paciente de ese servicio sin haber pisado por él en nuestra vida y sin ningún tipo de formación previa a la incorporación (a menos que de nuestro tiempo y descanso, acudamos a que nuestros compañeros nos enseñen algo para sobrevivir).
• Bolsas de trabajo que no se actualizan y sin ningún tipo de transparencia.
• Desigualdad de salarios entre comunidades autónomas ocupando el mismo puesto de trabajo y desempeñando las mismas funciones.
• Imposibilidad para la conciliación familiar por las jornadas laborales, la imposibilidad de disfrutar de vacaciones como eventuales o por el ir y venir de una provincia/comunidad a otra para poder trabajar y no poder desempeñar tu profesión en tu lugar de residencia.
• Bajas y permisos que no se cubren y que se subsana incrementando la carga asistencial a la plantilla que le toca asumir esos cuidados.
• Desigualdad en los derechos puesto que ahora los profesionales universitarios adquirimos la titulación de "Grado universitario" pero para algunas cosas aun existen las categorías A1 y A2.
• Oposiciones paralizadas sin resolver.
• Amenazas de sanción/bloqueo por parte de las personas encargadas de ofertarnos el contrato de turno cuando lo rechazamos por imposibilidad para incorporarnos por distancia/tiempo/otras cuestiones más que justificadas.
• Llamamientos de zonas en las que hace tiempo rechazaste trabajar pero puesto que no existe actualización de las bolsas de trabajo, te siguen llamando con su correspondiente sanción si no aceptas.
• Formación y reciclaje que realizamos en horario fuera de la jornada laboral que nos costeamos nosotros mismos. Y por si eso fuera poco, esos cursos caducan.
• La especialización de Enfermería no cuenta como tiempo trabajado. 2 años de especialización que no están reconocidos por no poder acceder a puestos de trabajo para lo que están formados.
Es de entender que si usted nos pide compromiso, nosotros también esperemos recibirlo por su parte ¿no?
Cuando pase esta crisis (que pasará), espero señor Illa que no se olvide de todos esos miles de profesionales que nos dejamos la vida (literalmente) asistiendo a la población y que nos de el lugar que merecemos.
No olvide que, aunque no conozca nuestros nombres ni nuestras caras ni nuestras vidas ni nuestros problemas, somos esas hormiguitas trabajadoras que dan sentido a su departamento ministerial. No olvide que si no cuida los cimientos de una casa, cualquier crisis que venga (esta vez con nombre de coronavirus) podrá tirar el tejado de la misma donde, en este caso, está usted.
Buscamos el mismo compromiso que se nos pide a nosotros para ejercer nuestras profesiones satisfechos y con unas condiciones dignas, no lo olvide.
Por último decir que esperemos, tanto usted desde su puesto de mando como yo (o nosotros) desde "el campo de batalla", que esta crisis pase pronto y con el menor daño posible.
Reciba un cordial saludo.
Elisabet Bernardo (enfermera de Sacyl)