¿Te imaginas ir a trabajar con tu gato? Quizás no sea una mala idea. Según nos comentan desde Bizneo HR, expertos en recursos humanos, cada vez más las empresas que se plantean permitir a sus empleados llevarse a su mascota a la oficina. ¿El motivo? Que acariciarles reduce el estrés y mejora la productividad.
Peceras y alergias aparte, la tendencia viene de lejos, en concreto, de Japón. El país nipón lleva trabajando con perros desde 1991 y empezó a incorporar mininos a la oficina hace ya casi 20 años. Hacerlo disminuye los niveles de cortisol –la hormona del estrés– de manera significativa. Hasta tal punto que interactuar con ellos tiene beneficios a largo plazo sobre la salud, tanto física como mental.
En concreto, acariciar perros o gatos atenúa la ansiedad y sirve para combatir la fatiga de la propia jornada laboral. Tan es así que el 30% de los encuestados aseguraron que estarían dispuestos a trabajar durante más horas si estuviesen acompañados de su mascota. De hecho, hasta 2 de cada 5 creen que las políticas pet-friendly mejoran la conciliación entre la vida laboral y familiar.
Otro dato que revela el informe, es que compartir espacio con gatos y perros reduce el absentismo e incrementa la satisfacción del conjunto de los empleados en general. Así lo aseguran 7 de cada 10 sujetos de la muestra.
También acaba con el sentimiento de culpa por dejarles solos en casa, lo que a su vez contribuye a que el empleado se sienta bien dentro de la empresa y favorece las relaciones laborales. Tan es así, que más de la mitad de los trabajadores afirmó que mejoraría su compromiso con la organización si su empresa admitiera mascotas.
Un buen ambiente favorece la consecución de objetivos e incrementa el rendimiento, mientras que uno negativo genera todo lo contrario: conflictos y malos resultados de negocio.
Por eso precisamente, mejorarlo se ha convertido en una de la principales prioridades de los departamentos de Recursos Humanos de las compañías. Algo que también pasa por una correcta medición de ese ambiente y por la implantación de políticas motivadoras, de retribución y crecimiento para los empleados.
Por si no fuesen suficientes beneficios para la propia compañía, una empresa que admite mascotas puede hacer de esta política una herramienta para atraer talento. De la misma manera que lo son los horarios flexibles y las políticas relacionadas con el deporte. De hecho, hasta el 14% de los candidatos millennials le concede importancia a esta cuestión.
El proceso no es sencillo, y no siempre es posible: Cualquier empresa que quiera convertirse en organización pet-friendly debería tener en cuenta una serie de consideraciones y normas. Sobre todo aquellas que tienen que ver con la higiene y la salubridad del puesto de trabajo.
No obstante, estas medidas no acabarán con los problemas para aquellas personas alérgicas, o para los que tienen fobia a alguno de estos animales. Además, hay que tener en cuenta que, aunque en términos generales el rendimiento mejora, al principio la mascota será una fuente de distracciones.