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La situación de excepcionalidad que estamos atravesando a causa del coronavirus está dejando estampas insólitas en el ideario colectivo. Grandes muestras de solidaridad que llegan como un bálsamo de optimismo para sobrellevar estos duros momentos.
El personal sanitario recibe una gratificación en forma de aplauso masivo desde los balcones de toda España a diario por su heroica labor, pero, hay más héroes anónimos que también se merecen parte de nuestros pensamientos.
Álvaro es trabajador de Correos en Fuenlabrada. Él y sus compañeros no realizan teletrabajo. Llevan a nuestras casas cada día nuestras cartas, paquetes…Un servicio esencial que permanece activo pese a la pandemia. Llevar alimentos o productos de primera necesidad es por los que se juegan su “integridad física”, pero no por “pedidos ropa que se han comprado hace dos días”.
Las compras compulsivas no están justificadas en un momento en el que arriesgamos la salud de terceros. “No te compres unas zapatillas que gente como yo o compañeros de empresas privadas tengamos que llevarte porque nos jugamos el pescuezo”. Hacemos un llamamiento a la responsabilidad en estos tiempos difíciles y, recuerda: “Gente como yo también se la juega”.
No te compres unas zapatillas que gente como yo o compañeros de empresas privadas tengamos que llevarte porque nos jugamos el pescuezo