El Ayuntamiento de Madrid y la Fundación María Cristina Masaveu Peterson han acordado prolongar la permanencia en la plaza de Colón de Julia, la escultura creada por Jaume Plensa, hasta diciembre de 2025, de acuerdo con la prórroga del convenio firmado entre ambas partes hace un año y que contempla la posibilidad de su permanencia hasta diciembre de 2027. Han rubricado el acuerdo la delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz, y el presidente de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, Fernando Masaveu, en la sede de esta.
La obra, de doce metros de altura, es una cabeza con ojos cerrados, realizada en resina de poliéster y polvo de mármol blanco y pertenece a la Fundación María Cristina Masaveu Peterson
Julia, una obra de arte única, encargada por la fundación dentro de su línea de proyectos artísticos de mecenazgo y que forma parte de su colección de arte, se presentó en diciembre de 2018 en el marco de un programa artístico organizado por el Consistorio. La Fundación María Cristina Masaveu Peterson, teniendo en cuenta la importancia que ha cobrado Julia en el paisaje madrileño y su gran apreciación por parte de la ciudadanía, ha aceptado la nueva prórroga a petición del Ayuntamiento.
La escultura se ha convertido en un icono de la ciudad y un foco de calma e introspección
La innovadora iniciativa de mecenazgo impulsada por la fundación hizo posible que por primera vez Jaume Plensa, Premio Velázquez de las Artes en 2013, expusiese una obra de estas características en España, una de sus cabezas con ojos cerrados, realizada en resina de poliéster y polvo de mármol blanco y de doce metros.
Para Jaume Plensa, estas esculturas representan esta parte del cuerpo como gran contenedor del conocimiento y las emociones humanas. Según sus propias palabras: "Siempre tienen los ojos cerrados porque lo que me interesa es lo que hay dentro de esta cabeza. Como si el espectador, delante de mi obra, pudiera pensar que es un espejo y él reflejarse, cerrar también los ojos, intentar entender toda la belleza que guardamos oculta dentro nuestro". Este foco de calma e introspección que Julia representa, tal y como han plasmado muchas crónicas de la ciudad, ha seguido modificando la percepción del entorno urbano, aportando tranquilidad y reflexión.