La Comunidad de Madrid ha prohibido oficialmente utilizar las mascarillas FPP2 y FPP3, los tipos con válvula exhalatoria, salvo para el uso de profesionales donde este tipo de cubrebocas “pueda estar recomendada”.
En junio, Fernando Simón, ya las había declarado como “egoístas”, ya que están diseñadas para que su portador no se infecte. “El problema de la válvula es que el aire que exhala la persona que la lleva, lo concentra en un punto concreto. Eso puede hacer que alguien que esté expuesto a ese aire pueda infectarse” declaró en una rueda de prensa el 30 de junio.
Las mascarillas de tipo FFP2 y FFP3 solo protegen a la persona que las lleva pero no previene que se contagien los demás
Las mascarillas con válvula pueden resultar más cómodas porque facilitan la respiración, pero este factor es el que las hace peligrosas en el contexto actual. A través de la válvula, el aire que exhalan sus portadores sale al aire libre sin ningún tipo de filtro, lo que facilita un posible contagio.
Este último decreto del Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid, acordado con el Ministerio de Sanidad, se incluyen el resto de las nuevas medidas introducidas como la prohibición de fumar en la vía pública, la limitación del horario de restaurantes y bares y el cierre de locales de ocio nocturno.