El suicidio de María José Carrasco, ayudada por su marido, Ángel Hernández, ha reabierto el debate de la eutanasia durante las últimas semanas y, además, ha llevado a Ángel a ser juzgado por violencia machista. Hernández ayudó a suicidarse a su mujer, enferma de esclerosis múltiple, en su domicilio de la calle Federico Sainz Robles, en el distrito de Moncloa-Aravaca y pasó a disposición de la jueza de guardia en el Juzgado nº 36 de Madrid, que lo dejó en libertad sin medidas cautelares, aunque investigado por un delito de cooperación al suicidio. Así, la jueza procedió al levantamiento del cadáver y se inhibió en el Juzgado de Instrucción nº 25, cuyo juez se amparó en la Ley de Violencia de Género al haberse producido el delito en el contexto de la pareja y remitió los hechos a la jueza de Violencia de Género.
El Juzgado nº 25 se amparó en la Ley de Violencia de Género al producirse los hechos en el contexto de la pareja
La Fiscalía expone sus razones