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La gastronomía madrileña busca la inclusión de todos los colectivos
Los delegados de las áreas económica y social han participado en un taller de cocina neurodivergente realizado por ACYRE
Madrid |

La delegada de Economía, Innovación y Hacienda, Engracia Hidalgo, y el titular de Políticas Sociales, Familia e Igualdad, José Fernández, han participado hoy en el taller de cocina neurodivergente realizado en la escuela de gastronomía de la Asociación de Cocineros y Reposteros de Madrid (ACYRE), impulsora de esta iniciativa en la que han participado 12 menores de entre 6 y 12 años en el espectro del autismo con niños neurotípicos. El proyecto cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Madrid que, desde el año 2020, ha concedido cerca de 130.000 euros en subvenciones a ACYRE para proyectos de digitalización, promoción, comunicación y publicidad.

Para la delegada, se trata de una iniciativa “que crea espacios convivenciales entre menores de diferentes edades y condiciones que va mucho más allá de un taller”. Constituye, en palabras de Hidalgo, “un compromiso de la gastronomía madrileña con la plena participación en la sociedad de todos los colectivos”, conpaliar la discriminación y el acoso que sufren los menores con autismo” y por “mostrarles una posible salida laboral en el sector en un futuro”, ya que el 85 % de las personas adultas en el espectro del autismo está en situación de desempleo. Con este tipo de acciones “nos acercamos a hacer de Madrid una ciudad accesible para todos”.

Impartido por la vicepresidenta de ACYRE, pastelera del Hotel Mandarín Oriental Ritz y ganadora del Certamen Nacional de Repostería de 2021, Begoña Gardel, y por la chef de la Clínica Universidad de Navarra en Madrid, Xandra Luque, que han recibido una formación específica sobre atención a la diversidad impartida por la Asociación Autism Friendly Club, el taller ha tenido un marcado carácter madrileño acorde a la próxima festividad de San Isidro.

Guiados por las expertas, los niños han elaborado rosquillas del santo, entre otras recetas, con sistemas de comunicación aumentativa y alternativa (SAAC) en formato de pictogramas para mapear el entorno y ayudarles a realizar la actividad, compensando así las posibles dificultades lingüísticas y comunicativas.