Para muchos el plan más castizo de domingo pasa por recorrer El Rastro. Sus puestos adornan el barrio de Embajadores que se llena de vecinos y visitantes que se acercan a conocer una de las atracciones más vivas de la capital.
Ahora, el bullicio que cada semana se instala en el barrio de Embajadores se ha visto silenciado por el coronavirus. Desde el 15 de marzo los puestos no ven la luz. Una circunstancia histórica, ya que ni siquiera la Guerra Civil pudo con él, pero no ha sido inmune al coronavirus.
Mantener a flote a los comerciantes que pueblan las calles de la capital cada domingo se ha convertido en una prioridad, por eso desde el Ayuntamiento de Madrid se ha anunciado la suspensión de la tasa de ocupación del dominio público a los puestos del Rastro durante el tiempo que no desarrollen su actividad comercial y como apoyo a comerciantes y hosteleros
El Ayuntamiento de Madrid se ha anunciado la suspensión de la tasa de ocupación del dominio público a los puestos del Rastro durante el tiempo que no desarrollen su actividad comercial
No procederá la liquidación del hecho imponible que grava la ocupación de la vía pública desde el pasado 12 de marzo hasta que las medidas de contención de la COVID-19 lo permitan. Esta medida se une a las diversas líneas de apoyo a comerciantes y hosteleros que el Ayuntamiento de Madrid está adoptando con motivo de la pandemia por coronavirus.
Desde el 12 de marzo, por decreto del concejal del distrito de Centro, el funcionamiento de uno de los mercadillos más famosos de Madrid, el Rastro, se ha visto suspendido temporalmente como medida de contención de la COVID-19. Esta decisión que, en un primer momento, iba a prolongarse hasta el 27 de marzo, se ha ido ampliando a través de los reales decretos dictados por el Gobierno central y se desconoce todavía el día en el que se decretará la vuelta a las actividades donde existen aglomeraciones de personas.