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La importancia de la ciberseguridad en la era de las estafas
¿Estamos seguros en el mundo digital en el que vivimos? La respuesta es un rotundo no
Madrid |

¿Estamos seguros en el mundo digital en el que vivimos? La respuesta es un rotundo no. La ciberseguridad se ha convertido en una preocupación global en una era en la que los ataques cibernéticos son cada vez más sofisticados y frecuentes. Un claro ejemplo de ello lo encontramos en España, donde en tan solo 15 días, tres grandes empresas, Iberdrola, Telefónica y Banco de Santander han sufrido filtraciones de millones de datos de clientes. Una cruda realidad que pone de manifiesto la necesidad de reforzar la seguridad en un mundo hiperconectado. Estos incidentes no solo afectan a las empresas, sino que también ponen en riesgo la privacidad y seguridad de millones de personas.

Pero, lejos de lo que se pueda pensar, los casos de estas tres grandes compañías del Ibex son solo la punta del iceberg. Según el Informe de Ciberriesgos de Hiscox, las empresas de todo el mundo sufrieron un promedio de 182 ataques cibernéticos por semana durante 2022, lo que representa un aumento del 28% con respecto al año anterior. Ante esta situación, la ciberseguridad es una prioridad para proteger la información y los sistemas críticos de particulares y empresas, lo que exige a los profesionales del sector realizar un curso de especializacion en ciberseguridad para mejorar sus habilidades y conocimientos ante un cibercrimen que es cada vez más sofisticado.

Las principales amenazas cibernéticas a las que se enfrentan los particulares y empresas

Tanto particulares como empresas se enfrentan a una amplia gama de amenazas cibernéticas que evolucionan constantemente. Estas amenazas incluyen ataques de malware, phishing, ransomware y vulnerabilidades en las redes de comunicación. Conocer estas amenazas es crucial para poder protegerse de manera efectiva.

  • Malware. Es uno de los tipos de ataque más comunes y se refiere a cualquier software malicioso diseñado para dañar o infiltrarse en un sistema informático.
  • Phishing. Este concepto hace referencia a una técnica que utiliza correos electrónicos, mensajes de texto o sitios web falsos para engañar a los usuarios y robar su información personal o credenciales de acceso.
  • Ransomware. Este tipo de ataque cibernético ha ganado notoriedad en los últimos años. Los ciberdelincuentes cifran los datos de la víctima y exigen un rescate a cambio de la clave para descifrarlos. Este tipo de ataque puede tener consecuencias devastadoras, especialmente para las empresas, ya que pueden perder el acceso a información crítica y ver interrumpida su actividad.

A las anteriores amenazas, hay que sumar el riesgo de las vulnerabilidades existentes en las redes de comunicación. Redes Wi-Fi públicas o las conexiones inseguras pueden ser explotadas por los ciberdelincuentes para interceptar datos sensibles o incluso tomar el control de los dispositivos.

El gran impacto financiero y reputacional que sufren las empresas hackeadas

Las consecuencias de un ciberataque pueden ser devastadoras para las empresas, tanto a nivel financiero como reputacional. Según la consultora EY, el cibercrimen le costó al mundo alrededor de 7 billones de euros en 2022, y se espera que esta cifra aumente hasta los 10,5 billones de euros en 2025. Este coste incluye tanto el impacto directo de los ataques, como la eliminación del software malicioso o la restauración de los sistemas, como el lucro cesante y la pérdida de productividad.

Pero, además de estos casos, las empresas también corren el riesgo de sufrir un gasto añadido con las sanciones regulatorias de diferentes organismos. Cabe recordar, por ejemplo, la sanción que el Banco Central Europeo (BCE) impuso a Abanca por valor de 3,15 millones de euros por notificar un ciberataque 46 horas después de la fecha límite prescrita. Además del impacto económico, la pérdida de la confianza de los clientes y la mala publicidad pueden tener un efecto duradero en la reputación de la empresa. La confianza es un activo intangible crucial para cualquier negocio, y su pérdida puede traducirse en una disminución de las ventas, la lealtad de los clientes y la reputación de la marca.

El papel de la educación y la formación en ciberseguridad

En este contexto de constantes amenazas, la educación y la formación en ciberseguridad son fundamentales para prevenir ataques cibernéticos. La adquisición de conocimientos y habilidades especializadas es lo que va a permitir a los profesionales anticiparse a los riesgos y responder de manera efectiva ante cualquier riesgo.

Programas especializados, como el Curso de Especialización en Ciberseguridad en Entornos de las Tecnologías de la Información de The Core, ofrecen una formación completa y actualizada en esta materia. Con 720 horas de formación, este título oficial aporta a los profesionales los conocimientos y herramientas necesarios para identificar y mitigar riesgos digitales, implementar medidas de seguridad y responder de manera adecuada.

Comprender las amenazas cibernéticas, tener una gran capacidad de análisis y de tomar de decisiones, así como la creatividad para aplicar soluciones de seguridad innovadoras son solo algunas de las habilidades con las que los profesionales en ciberseguridad deben contar para proteger la información y sistemas críticos de las empresas donde trabajan.

Un gran océano de oportunidades laborales

En cuanto a las oportunidades laborales en el sector de la ciberseguridad, estas son enormes. Y aumentarán a medida que las amenazas evolucionen y se vuelven más sofisticadas, ya que requerirá más profesionales, y mejor formados. Expertos en ciberseguridad, auditores, consultores y hackers éticos son algunos de los roles más demandados en el mercado actual.

Según un informe de (ISC)², la fuerza laboral global de ciberseguridad está en su punto más alto, con alrededor de 4,7 millones de profesionales. Una cifra que, para los responsables del estudio de esta asociación sin ánimo de lucro, es insuficiente para afrontar el auge de este tipo de delitos al estimar que son necesarios 3,4 millones más de trabajadores de ciberseguridad.

Teniendo en cuenta que la complejidad y sofisticación de las amenazas cibernéticas se multiplican, estos profesionales son esenciales para evitar daños que, incluso, podrían ser irreversibles. La inversión en prevención es más importante que nunca, por lo que la educación y la formación especializada mediante cursos especializados en ciberseguridad juega un papel crucial en la preparación de estos perfiles profesionales.

Ante un panorama de constantes riesgos, la adquisición de habilidades y conocimientos en el campo de la ciberseguridad no solo abre oportunidades laborales, sino que también contribuye a crear un entorno digital más seguro y resiliente.