MENÚ

“La ley debe albergar un trasfondo ético, sobre todo si hablamos de ejecuciones hipotecarias”
Ignacio Navas Oloriz, notario y experto en el sector inmobiliario, nos da su visión sobre el mercado de la vivienda en España
|

Muchos no conocíamos conceptos económicos hasta que llegó la crisis. La realidad nos dio una lección y conceptos como cláusulas suelo y dación en pago empezaron a formar parte de nuestro vocabulario. Los desahucios saltaron a la palestra mediática, suscitando el debate sobre la cuestionable ética de los bancos y la capacidad de la ley para amparar a los usuarios.

Ignacio Navas Oloriz, notario de profesión y consejero en la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid (EMVS), formó parte de la comisión de expertos sobre desahucios creada por el Gobierno, alzando la voz en favor de la dación en pago y la búsqueda de un sistema equilibrado que garantizase los intereses tanto de los hipotecados como de los bancos.

Navas Oloriz analiza en SoyDe la situación actual del mercado inmobiliario y su supuesta recuperación.

Instantánea durante la entrevista en la Notaría que capitanea Navas Oloriz

Ética versus intereses

“La ley sin ética, no es ley”. Navas Oloriz defiende que `no todo vale´ en el mundo de los negocios donde asegura se ha instalado la codicia. Su gestión en la decena de cargos que ocupa, entre ellos como consejero de la EMVS de Madrid, se caracteriza por el intento de conjugar los intereses económicos con el derecho de los consumidores. “La ley debe albergar un trasfondo ético, sobre todo cuando hablamos de ejecuciones hipotecarias”.

Un drama que el notario madrileño conoce a la perfección. En su intensa trayectoria profesional encontramos su labor como miembro de la comisión de expertos sobre desahucios, designado por el PSOE aunque se desmarca de cualquier afinidad política. Una experiencia que valora como “constructiva” aunque finalmente “acababan imponiéndose los intereses”, admite. Pese a los escollos, reconoce que es una de las actuaciones a título profesional de las que más orgulloso se siente.

Soy optimista con la recuperación del ladrillo. Creo que nadie en su sano juicio pagaría fortunas para adquirir una vivienda

Reforma hipotecaria

Algunas de sus propuestas no contaron con el apoyo de la comisión de expertos designada por el Partido Popular con el objetivo de reformar la ley hipotecaria. “Quería que se comprendiera que si una persona es expulsada de su casa porque dependemos de un entramado laboral y económico, hay que buscarle una solución”. Una solución que no se encontró. Desde su perspectiva, la ley hipotecaria española tiene sus bondades frente a las entidades de crédito extranjeras debido a la fortaleza que le otorga la responsabilidad patrimonial universal que la caracteriza. Un sistema hipotecario “interesantísimo” pero que “estaba diseñado para un tiempo de bonanza, no para una crisis como la que se nos vino encima”.

¿Recuperación?

Son muchas las voces que se han alzado para asegurar que el mercado inmobiliario empieza a salir del bache. “Soy optimista con la recuperación del ladrillo. Creo que nadie en su sano juicio pagaría fortunas para adquirir una vivienda”, aunque advierte que la financiación en España “se va a complicar”.

Navas Oloriz señala como principal culpable de la burbuja inmobiliaria la financiación “absolutamente alocada” que los bancos concedían, en algunos casos, con escasas garantías y con unas expectativas irreales. “Las entidades colocaban los valores de tasación, fundamentados en expectativas de revalorización”.

Unas expectativas nada fidedignas que se podrían haber suplido con una tasación que se correspondiese con el valor hipotecario, una variable “constante en el tiempo”. Esta receta habría evitado la especulación en el mercado inmobiliario. Los retos que el sector debe afrontar para emprender la recuperación pasan por “reconstruir el prestigio que tenía la hipoteca”, junto con unas mejores condiciones en el mercado laboral como las previas a la crisis. Una coyuntura que ha provocado que el arrendamiento represente una opción cada vez mejor vista por una sociedad como la española, especialmente partidaria de la propiedad.