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La planta 22 de Torres Blancas llega al Pleno de Madrid
Se modifica el uso de oficinas a residencial y el proyecto recoge, entre otras, mejoras en la evacuación y en la eficiencia energética
Madrid |

El Plan Especial urbanístico para la construcción de ocho viviendas en la planta 22 del emblemático edificio Torres Blancas de Chamartín, incluido en el Catálogo de Edificios Protegidos, ha sido aprobado por el Pleno del Ayuntamiento de Madrid tras el visto bueno de la Comisión de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad la semana pasada. Tras finalizar el periodo de recepción y resolución de alegaciones, se modificará el uso actual permitido de oficinas a residencial para el desarrollo de esta iniciativa privada.

La propuesta ha contado con el apoyo del Partido Popular y la abstención de los grupos de la oposición, ya que, como ha explicado Antonio Giraldo, aunque se ha hecho un buen trabajo técnico, "este plan especial empobrece en gran medida la obra de Saenz de Oiza". El concejal socialista ha asegurado que "Torres Blancas no va a volver a ser lo mismo después de esta partición", aún así, ha anunciado su abstención, ya que no cuenta con una solución mejor, pero pone sobre la mesa la necesidad de una reflexión sobre los usos urbanísticos.

Desde Más Madrid, Fernández Heredia ha reconocido que se trata de "un caso difícil" y ha echado en falta que la comunidad de propietarios hubiese trabajado con la comunidad de Madrid. "Tenemos que tener una concepción dinámica en el urbanismo, pero se olvida desde este Ayuntamiento la función social que debe tener también el urbanismo".

El Plan Especial para la construcción de estas ocho viviendas y la modificación de uso de oficinas a residencial se ha tramitado de acuerdo con el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (PGOUM) que especifica que toda intervención urbanística que suponga un aumento de viviendas o locales con mantenimiento de la superficie debe cumplir unas especificaciones. En este caso, el incremento es de un único local a ocho viviendas, reduciéndose la ocupación máxima de la planta de 48 a 40 personas.

La propuesta urbanística planteada mejora las condiciones de evacuación de la planta 22, modifica el acceso actual de la entreplanta a la planta, pone en valor la estructura de hormigón armado, respetando la documentación original de su emblemático arquitecto, Francisco Javier Sáenz de Oiza, y permite eliminar una escalera privada que conecta las plantas 22 y 23.

Esta iniciativa, que surge como respuesta a la imposibilidad de implementar su uso original como restaurante por los problemas de aforo que ello conlleva, cuenta con el visto bueno de la comunidad de vecinos del edificio, que valora positivamente la reconversión y cuyos cambios supondrán, además, una mejora en la eficiencia energética del edificio.

De restaurante en los 70, a oficinas y viviendas

Sáenz de Oiza proyectó el edificio Torres Blancas en 1961 para uso residencial, con 21 plantas destinadas a viviendas, dos plantas de remate para uso social del vecindario (en la azotea dispone de una piscina) y dos plantas sótano. El arquitecto vivió en este edificio hasta su fallecimiento en el año 2000. La planta 22 acogió durante la década de los 70 un restaurante y, con posterioridad, un conjunto de oficinas, actualmente en desuso, retomando ahora su uso original.

Pese a que el edificio se compone de una sola torre, su denominación de Torres Blancas proviene de la intención inicial de Oiza de construir dos edificios. El inmueble cuenta con una altura de 81 metros y una estructura formada por cilindros en su perímetro exterior que responden a la experimentación constructiva de su creador con el que ganó el Premio COAM 1972 y el Premio a la Excelencia Europea de 1974.

Al margen de las Torres Blancas en Chamartín, Sáenz de Oiza ha dejado una notable huella en el urbanismo de la capital. Premio Nacional de Arquitectura en dos ocasiones, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1987) y Príncipe de Asturias de las Artes (1993), trabajó hasta su fallecimiento, el 18 julio de 2000. Suya es, por ejemplo, la Iglesia Hispanoamericana de la Merced, en Tetuán; el nuevo recinto ferial de IFEMA; la Torre BBVA de la Castellana; La Triada, así como urbanizaciones en Fuencarral, Batán o El Ruedo, junto a la M-30.